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La economía chilena se prepara para lo peor

El Líbero

Tenemos cerca del 20% de nuestro PIB afectado directamente por el Covid-19 lo que equivale, en términos anualizados, a cerca de US$ 60 mil millones que dejarán de ser producidos de manera total o parcial, por lo cual tendremos probablemente indicadores de producción con resultados negativos durante, a lo menos, un par de meses.

En los últimos 5 días en Wuhan, donde partió la pandemia, ya no se han detectado nuevos contagiados y la actividad está retomando paulatinamente un ritmo normal después de haber pasado por estrictas medidas para lograr contener al Covid-19. De manera inevitable se estima que el PIB de China habría caído en cerca de un 41%, desestacionalizado, en el primer trimestre del presente año en relación al último cuarto del año pasado, lo que da cuenta del impacto sobre un país esencialmente manufacturero, en donde se paralizaron las ciudades.

Ahora bien, luego del brutal impacto, se proyecta que en el segundo trimestre la expansión, desestacionalizada, de la economía China será cercana a un 57% con respecto al alicaído primer cuarto del año, lo que da cuenta de la magnitud de la recuperación que se espera una vez que el virus está siendo contenido, afectando, de todas maneras, la proyección para el año completo, lo que lamentablemente se ha hecho notar en el precio del cobre.

Creo es útil observar el caso de Wuhan ya que nos puede servir para vislumbrar lo que se avecina para nuestro país, en donde el sector de restaurantes y hoteles, que representa el 2,3% del PIB, están prácticamente paralizados. El sector transporte, 5% del PIB, está operando a media máquina, en donde el transporte aéreo está cercano al cierre total. El comercio, 9% del PIB, probablemente opera al 60% de su capacidad al tener los centros comerciales cerrados y con caídas vertiginosas en las ventas de bienes durables. Los servicios educacionales, 4,8% del PIB, por último, están dando la batalla a través de las aplicaciones de comunicación virtual. Tenemos, así, cerca del 20% de nuestro PIB afectado directamente por el Covid-19 lo que equivale, en términos anualizados, a cerca de US$ 60 mil millones que dejarán de ser producidos de manera total o parcial, por lo cual tendremos probablemente indicadores de producción con resultados negativos durante, a lo menos, un par de meses.

Sin embargo, tal como señaló el Presidente Piñera, la oscuridad quedará atrás y Chile volverá a ver la luz del sol, para lo cual es necesario, en términos económicos, que la mayor cantidad de empleos logren sobrellevar este periodo. En ese sentido, el paquete fiscal anunciado es fundamental ya que busca evitar que se corte la cadena de pagos, evitando así la quiebra de las pymes y la destrucción de los empleos relacionados. Parte de este impulso fiscal requiere de aprobación legislativa, para lo cual no cabe sino una aprobación unánime, ya que un voto contrario o que trabe la discusión no solo daría cuenta de la pequeñez de algunos políticos, sino que es prácticamente una traición a la patria en uno de sus momentos más complejos.

Columna de Tomás Flores, Economista Senior de Libertad y Desarrollo, publicada en El Líbero.-

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