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Acuerdo Tributario en tiempos de crisis

Diario Financiero

El Ministro de Hacienda, Ignacio Briones, hace encomiables esfuerzos por llegar a acuerdos con la oposición en las reformas económicas que impulsa el gobierno. Ello es necesario para superar la situación que vive el país y entregar la señal de que se avanza en la solución de los problemas que demanda la población. En dichas negociaciones, no obstante, el gobierno ha debido ceder varios de los contenidos del proyecto, incluso algunos claves como la reintegración, que se habían pactado con el presidente de la DC, Fuad Chahín. Este último, luego de las movilizaciones que comenzaron el 18 de octubre simplemente desconoció su palabra, haciéndonos recordar a un dirigente deportivo que alguna vez afirmó: “no me acuerdo del acuerdo”.

El ministro afirma que el acuerdo en materia de integración era precario, pues aún debía pasar por el Senado donde tenía escasas posibilidades, lo que es cierto, y que el punto de partida de la negociación cambió radicalmente: los senadores de la oposición también desconocían planteamientos previos, endureciendo su posición, lo que nos habla de lo que valen sus palabras. Así, se retrocedió en el proyecto que había tramitado la Cámara de Diputados no sólo en materia de reintegración, sino también de simplificación tributaria, certeza jurídica donde se sacaron varios artículos del proyecto, beneficios tributarios a la adquisición de viviendas, entre otros. Se agregaron nuevos impuestos, en particular uno a los activos inmobiliarios y se eliminan incentivos tributarios para la inversión.

En resumen, Ignacio Briones enfatiza que las condiciones de la negociación cambiaron y que aún así el equipo del ministerio logró rescatar un proyecto que, siendo menos favorable a la inversión que el original, mejora las condiciones después de la reforma de Michelle Bachelet.

En una reunión en que el ministro nos dio la oportunidad de comentar el acuerdo manifestamos que, así como cambiaron las condiciones de negociación que enfrentó el gobierno, también cambió radicalmente la necesidad de entregar incentivos a la inversión; pues es un hecho conocido que parte importante de la cadena productiva y de pagos se han visto interrumpidas, con enormes pérdidas para cientos de miles de empresas y trabajadores con ingresos variables. Las perspectivas de crecimiento ahora son peores, a lo que ha venido a sumarse la incertidumbre en materia constitucional que se ha introducido luego de recientes anuncios del gobierno y las reacciones de los partidos de oposición, que han llevado a una fuerte alza del dólar.

Entonces, reconociendo el esfuerzo del gobierno por favorecer a las PYMES en varias disposiciones del proyecto, en particular en materia de integración; en definitiva, la mayor recaudación tributaria de US$ 2.000 millones significa que esos recursos estarían de menos para la inversión y sólo parte podría recuperarse vía mayor consumo. Un proyecto pro inversión se transformaba entonces en uno pro recaudación tributaria. Dado eso, consultamos por qué no se había compartido la carga de financiamiento de la agenda social con rebajas de gasto público, aumento prudente del endeudamiento dada nuestra relación de deuda a PIB y las bajas tasas de interés y uso de fondos soberanos para gastos por una vez.

El ministro Briones aseguró que se haría un esfuerzo en materia de gasto fiscal y que se debía ser muy cautos con la deuda, aunque no descartaba el uso de esa herramienta. Al cierre me entero que se anuncia una emisión de nueva deuda fiscal. Ojalá el Ministro de Hacienda tenga éxito en su tarea de mantener la economía del país en pie en medio de tanta incertidumbre.

 

Columna de Luis Larraín, Director Ejecutivo de Libertad y Desarrollo, publicada en El Diario Financiero.- 

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