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La oferta política para la Clase Media

La Tercera

La clase media llega a un 65,4% de la población en Chile, según calcula un estudio realizado por Libertad y Desarrollo sobre la base de criterios del Banco Mundial y de la medición de pobreza multidimensional y vulnerabilidad que se usan en nuestro país. Incluye a personas que se encuentran entre 1,5 y 6 veces la línea de pobreza de cada año. ¿Cuál es la oferta política que cabe hacerles, considerando esta realidad y los principios e ideales que guían a quienes aspiran liderar el país?

La centroderecha ha encontrado una respuesta adecuada: el programa Clase Media Protegida anunciado por el Presidente Sebastián Piñera esta semana se viene a agregar a su clásica oferta de focalización del gasto en los más pobres. No se trata de un Estado de Bienestar que cubre las necesidades de las personas en todo momento y sin atender a los incentivos que se introducen al sistema ni al esfuerzo de cada cual. Se hace cargo de contingencias que las personas tienen durante su vida y que con sus propios recursos no son capaces de cubrir. Ello, porque gran parte de la clase media no es pobre, pero sí vulnerable, en el sentido que algo no previsto como la enfermedad grave de un miembro de la familia, o la pérdida del empleo de otro los pueden hacer volver a su condición previa de pobreza.

Las prestaciones incluidas en este concepto cubren contingencias en el área de la salud, la educación, la vivienda, el empleo, la previsión y la seguridad ciudadana. El gobierno ha creado una plataforma digital que articulará toda la oferta de beneficios para facilitar su conocimiento y acceso.

Esta propuesta se diferencia entonces de un reconocimiento de todo tipo de derechos sociales universales que, en la perspectiva de la izquierda, deben garantizarse; aunque en la práctica sabemos que ello no ocurre por falta de recursos, como lo acaban de experimentar los chilenos bajo el gobierno de Bachelet. La clase media, consciente que se ha ganado su posición, no quiere depender del Estado, sólo quiere que éste le apoye en ciertas circunstancias, pero manteniendo su libertad de elegir. Es un tratamiento distinto al que reciben los pobres, que requieren subsidios en dinero para poder vivir dignamente mientras no salen de esa condición.

Así, el programa Clase Media Protegida respeta y alienta el mérito de los chilenos, no los iguala; sino que atiende a quienes ocasionalmente requieren ayuda. Es un concepto de seguro, más que de regalo o dádiva propio del Estado de Bienestar. Y lo que es muy importante: no tiene el grave defecto de la regresividad de los derechos sociales universales, que con el aporte del pobre que no estudia en la Universidad porque debe ayudar a mantener a su familia, financia al hijo del rico que sí puede acceder a la educación superior.

Columna de Luis Larraín, Director Ejecutivo de Libertad y Desarrollo, publicada en La Tercera.-

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