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La mayor corrupción de la historia argentina

El Mercurio

Los cuadernos de un chofer han desencadenado el mayor escándalo de corrupción de la historia argentina. Las consecuencias políticas, judiciales y empresariales del caso podrían ser imprevisibles para nuestros vecinos y trascender sus fronteras: podrían involucrar a inversionistas extranjeros privados y a empresas controladas por gobiernos de otros países.

Óscar Centeno, conductor del segundo hombre de Julio de Vido, ministro de Planificación de Néstor y Cristina Kirchner, anotó minuciosamente, durante diez años, la supuesta recaudación de coimas, por decenas de millones de dólares. Los sobornos, en maletas y sobres de dinero efectivo, dice haberlos repartido entre altos funcionarios kirchneristas.

El Ministerio de Planificación era entonces responsable, entre otros sectores, de las obras, tarifas y servicios públicos, vivienda, industria, comercio, trabajo, minería y energía. La investigación está abierta. Cada día aumentan los detenidos.

Los cuadernos del chofer están sometidos a peritajes para verificar su autenticidad. Se anuncia el proceso de desafuero de Cristina Kirchner. Podrían estar involucrados, además de funcionarios del gobierno saliente, empresarios argentinos prominentes.

Desenredar la trama tomará tiempo. Se pondrá a prueba a la controvertida justicia argentina. Centeno ha sido procesado como imputado colaborador. Su liberación dependerá de la calidad y cantidad de la información que aporte sobre la responsabilidad de sus superiores. 

Se compara este escándalo con el Lava Jato brasilero, por su inesperada revelación, impactantes derivaciones y por haber provocado, entre otras cosas, prisión por corrupción y la inhabilidad de Lula, un ex mandatario, para repostular a la Presidencia. Los lamentables acontecimientos tienen una dimensión que favorece al asediado Presidente Mauricio Macri.

Distraen la atención de los argentinos sobre sus duros ajustes fiscales, significativas alzas de precios, fuertes aumentos de las tarifas de los servicios públicos y otras medidas disciplinarias negociadas con el FMI para salvar a la vapuleada economía argentina, legado de los Kirchner.

De otro lado, las dificultades que el escándalo puede provocar a Cristina Kirchner la podrían marginar de la carrera presidencial y facilitar la unidad opositora del peronismo en las elecciones del próximo año, en las que el Presidente Macri aspira a ser reelecto y lograr mayoría parlamentaria.

Es de esperar que en el escándalo argentino no se repita la lamentable intromisión de políticos chilenos en asuntos internos de otro Estado, como ha sucedido con Brasil. Ex mandatarios y dirigentes de la izquierda chilena han reclamado por la condena de Lula, menospreciando el Estado de Derecho en Brasil. 

Incluso, se informa en estos días que se busca involucrar al Papa Francisco para interceder en favor del ex Presidente.

Columna de Hernán Felipe Errázuriz, Consejero de Libertad y Desarrollo, publicada en El Mercurio.-

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