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Serios defectos en carrera docente

Pulso

Desde esta semana se está votando el proyecto de ley de carrera docente en la comisión de Educación del Senado. Y es bueno saber que aún tiene defectos graves que no han sido abordados por el Gobierno, y que podrían traer dañinas consecuencias para el sistema escolar. Lamentablemente, estas no han sido internalizadas por la opinión pública, que en general parece creer que este es “el” proyecto llamado a mejorar la calidad de la educación.

El primero de estos defectos tiene que ver con el centralismo de la carrera docente, que no solo impide identificar correctamente el buen desempeño en la sala de clases, sino que además, al monopolizar en el Ministerio de Educación la evaluación del 91% de los docentes, le entrega al Colegio de Profesores un poder de presión difícil de contrarrestar. Así, no se puede desestimar la posibilidad de que la paralización de clases que en 2015 afectó al sector municipal por 57 días, se extienda en el futuro también al particular subvencionado, afectando de esta forma al 93% de la matrícula escolar del país.

En segundo lugar, no se explicita la vía a través de la cual se entregarán los recursos necesarios para financiar las nuevas obligaciones de las escuelas con sus docentes. Primero, se establece que la asignación adicional asociada a los dos primeros tramos del nuevo sistema de evaluación será de cargo del sostenedor. Y para el sector particular subvencionado, se extiende además el pago de la asignación por experiencia que hoy ya existe en la educación municipal, y que tantos problemas financieros ha provocado.

Según nuestras estimaciones, entre ambos mayores gastos se necesitarán del orden de $225 mil millones anuales adicionales, los que el proyecto de ley no contempla ni asegura serán entregados a las escuelas. No puede ser que se deje el financiamiento de gastos permanentes a la voluntad del Gobierno de turno.

Por todo lo anterior, parece necesario ir ajustando las expectativas en relación al potencial impacto en calidad de este proyecto, y reconocer que tal como está, bien podría terminar en una paralización generalizada de clases para el 93% de los alumnos del país, o incluso en una deuda histórica 2.0.

 

Columna de María Paz Arzola, investigadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo, publicada en Pulso.-

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