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BONO MARZO Y LA DEPENDENCIA DE LOS CHILENOS PARA SURGIR POR SÍ MISMOS

Inmediatamente luego de asumir la Presidencia, Michelle Bachelet anunció la primera de sus medidas, que consiste en el envío al Congreso del proyecto que crea el "Aporte permanente de marzo y la restitución del bono invierno", que consta de una ayuda de 40 mil pesos por carga.

A este respecto, es importante evaluar cuál debiera ser el real objetivo detrás de una política social que tiene como fin superar de forma definitiva con la pobreza. Hacer a las personas más dependientes de la ayuda del Estado, no solo las hace más vulnerables al tipo de política social que el gobierno de turno quiera implementar, sino que también no soluciona su situación de falta de ingresos. Es importante cuestionarse que herramientas se deben entregar para promover la generación de recursos de forma autónoma de estas familias.

“Un bono –transitorio o permanente- sólo cubre gastos y, por ende, no contribuye en nada a aliviar el problema de fondo”, explica Paulina Henoch, Investigadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo.

“Un bono, permanente sobre todo,  genera incentivos incorrectos desde el punto de vista de superación de la pobreza, en el sentido de que sólo lo reciben quienes acreditan ingresos escasos, desincentivando el trabajo”, agrega la investigadora.

En efecto, durante los últimos 20 años se observa un aumento de la dependencia de los chilenos del Estado. En el Cuadro N° 1 se muestra como la importancia de los beneficios monetarios y no monetarios (salud y educación) ha aumentado en monto y cobertura.

“Seguir con el tipo de políticas en que las familias dependan del Estado, es no creer en las capacidades que tienen para salir adelante”, concluye Paulina Henoch.

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