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CONTRA EL ABUSO Y LA DESIGUALDAD

La Segunda

A continuación reproducimos la columna de Cecilia Cifuentes, investigadora del Programa Económico de LyD, publicada en La Segunda:

Esta sería al parecer la idea de fondo de la próxima campaña de la oposición, haciéndose eco de lo que sería el sentir de la ciudadanía. Efectivamente existen en nuestro país situaciones de abuso, y sabemos también que los índices de equidad son peores que los de un país desarrollado, y en ese sentido, el slogan es vendedor. Pero ¿puede realmente la Concertación erigirse en una especie de adalid en la solución de estos problemas? Al menos para mí, la respuesta es negativa. Primero porque las situaciones de abusos empresariales que se han conocido en estos años se iniciaron en los gobiernos anteriores, y se hizo poco por evitarlas. Para la Concertación la solución de los abusos es más Estado, agentes gubernamentales que estén vigilando en forma acuciosa el comportamiento de las empresas, o en su defecto, que sean empresas de su propiedad las que ofrezcan los servicios. Vemos en países vecinos lo que se va generando a lo largo del tiempo con ese esquema, los abusos de las empresas pasan a ser abusos de agentes del Estado, que con exceso de poder caen fácilmente en la corrupción. Aunque los factores institucionales y regulatorios son siempre necesarios, el énfasis de éstos debe estar puesto en el estímulo de la libre competencia, castigando duramente a quienes atenten contra ella, puesto que  la solución de fondo contra los abusos no es otra que más y mejor competencia. El ejemplo más claro lo hemos visto recientemente con la portabilidad numérica, que sólo a través de mayor competencia llevó a las compañías de telecomunicaciones a mejorar la calidad y precios de los servicios que entregan. Se habla también del oligopolio que forman las cadenas de farmacias, y de los efectos en los precios de los remedios que esto genera. Pero cuando el actual gobierno propone un proyecto que introduce más competencia, son los propios parlamentarios de la Concertación los que por muy dudosas razones lo rechazan. Algunos de ellos probablemente con la idea que la solución al problema pasa por una cadena de farmacias estatales, que seguramente terminaría subsidiada por Moya, en vez de permitir que sea la competencia la que, sin ningún costo para el Estado, genere el mismo beneficio. Con más y mejor mercado, funcionando en un marco institucional con reglas claras, los abusos se corrigen solos. Con más Estado se cambian abusos de privados por abusos de funcionarios.

La bandera de la desigualdad también es cuestionable, ya que si bien en los veinte años de la Concertación hubo avances en reducción de la pobreza, poco se logró en términos de equidad, y no porque no se buscara como objetivo, ya en 1990 se planteaba que el “chorreo” no  servía, y que ahora venía el “crecimiento con equidad”. Pues bien, en los tres años últimos años las cifras de crecimiento no sólo han aumentado notoriamente, sino que también ha mejorado la distribución del ingreso. Diversa información estadística muestra que la mejoría en ingresos se ha dado en mayor proporción en los sectores de ingresos bajos que en los sectores de ingresos altos, producto principalmente del gran dinamismo del mercado laboral. Los datos de la NESI, por ejemplo, muestran que entre 2010 y 2011 en los cinco primeros deciles los ingresos provenientes de la ocupación aumentaron en promedio un 9,4% real en 2011, en comparación con una cifra de 6,5% real para los cinco deciles restantes. En el decil superior, los ingresos de la ocupación aumentaron un 4,8% real. En definitiva, el dinamismo laboral generó mejorías para todos, pero más significativas para los sectores de ingresos bajos, mostrando que la generación de empleo es la mejor política social. Una mayor equidad se logra entonces con más empleo en el corto plazo, capacitación laboral en el mediano plazo, y calidad de la educación preescolar y primaria en el largo plazo.

“Contra el abuso y la desigualad; la competencia, el trabajo y la educación” debiera ser la consigna que lleve al país a mejores niveles de desarrollo pero me parece que no es ese el foco de  la propuesta opositora.

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