EXPECTATIVAS ECONÓMICAS: MARCADA TRAYECTORIA A LA BAJA

Las expectativas y percepciones de los agentes respecto al desempeño futuro de la economía -PIB, empleo, remuneraciones, etc-  son un elemento clave que afecta e incluso condiciona el desempeño de la misma tanto hoy como a futuro. "Después de todo, decisiones de inversión (y su contraparte el ahorro) así como de consumo (especialmente de bienes durables) dependerán en gran medida de la visión que tengan los privados respecto a lo que ocurrirá en el futuro", afirma Francisco Klapp, investigador del Programa Económico de LyD.

A la espera de la publicación de antecedentes sectoriales adicionales que permitan adelantarnos al IMACEC de octubre, para el cual los primeros indicadores que se conocen no parecen demasiado auspiciosos, con una fuerte caída en las importaciones de bienes de capital y consumo (-24,8% y -19,0% interanual, respectivamente), al igual que un desplome en la venta de automóviles nuevos (-18,9% interanual), resulta interesante volver a observar la evolución reciente de las expectativas de crecimiento.

A continuación, se presenta la evolución reciente de la Encuesta de Expectativas del Banco Central (EEE)  y Consensus  Forecast,  ambos instrumentos que recogen mensualmente las proyecciones de diferentes actores entre Instituciones Financieras, Consultores, Universidades y Centros de Estudio, además del World Economic Outlook del FMI que reúne trimestralmente las proyecciones del organismo internacional para el mundo.


Tal como lo ilustra el Cuadro N°1,  las proyecciones de crecimiento para 2014 comienzan a mediados de 2013 a deteriorarse levemente, "sin embargo, no es hasta inicios de 2014 que los pronósticos comienzan a ser sistemáticamente más bajos", explica Klapp. Así, si en diciembre de 2013 la mediana de la EEE era de un 4,0%, ya en agosto dicha medida era de apenas un 2,5%.

En cuanto a las expectativas para 2015, el deterioro sigue un patrón bastante similar, con una moderación durante la segunda mitad de 2013, y una caída más pronunciada en 2014, donde las proyecciones a noviembre alcanzaban apenas un 3,0% de acuerdo a CONSENSUS y un 2,9% de acuerdo a la EEE para el año que viene.


Los principales determinantes de esta caída en las expectativas de crecimiento, incluyen la dificultad para iniciar nuevos proyectos energéticos, los términos de intercambio, el fin del boom minero, la alta incertidumbre y las negativas expectativas de la economía. "La mayor incertidumbre estaría asociada a las reformas que incluye el programa de gobierno y que aún no se despejan: laboral, educacional y constitucional[1]", señala el economista. Mientras que en el ámbito que sí se despejó la incertidumbre –o al menos una parte de ella-, ésta se despejó para mal, con una alza muy considerable de impuestos a materializarse durante los próximos 4 años, pero que ya hoy se hace sentir en la evaluación de los nuevos proyectos.


[1] Frente a una mayor incertidumbre, la literatura económica es muy clara al concluir que frente a la irreversibilidad de la inversión, lo óptimo es posponer los proyectos.