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FINANCIAMIENTO COMPARTIDO: ¿ES REALMENTE UNA BARRERA A LA ELECCIÓN?

El proyecto de ley enviado por el Gobierno en materia de educación escolar, que actualmente se tramita en el Congreso, busca, entre otras cosas, eliminar el financiamiento compartido que pagan los padres. El argumento detrás de esta iniciativa es que el copago sería una limitante para la elección de las familias que no pueden costearlo, y con ello estaría provocando segregación en el sistema escolar.

Desde nuestro punto de vista, la posibilidad de que los padres contribuyan con recursos propios para optar a una mejor educación para sus hijos tiene valor por varias razones. La más evidente es que permite allegar más recursos al sistema escolar, lo que resulta muy relevante considerando que en nuestro país el gasto por alumno es de apenas el 40% del que se realiza en los países desarrollados (Cuadro N° 1). Además, el copago implica un compromiso tangible y permanente de los padres con el colegio, lo que les motiva a exigir con mayor fuerza el logro de los resultados esperados. En tercer lugar, el financiamiento compartido constituye una fuente de recursos sobre la cual, a diferencia de la subvención, el sostenedor tiene una mayor autonomía para gestionar.

Si revisamos los mejores sistemas educativos del mundo, encontramos que en la mayoría de ellos no existe una prohibición de realizar este tipo de cobros por parte de las escuelas[i]. Lo anterior no significa que sea una práctica muy extendida, pues en la medida que el gasto público por alumno en estos países es suficientemente alto, y que las escuelas cuentan con gran autonomía para gestionar los recursos públicos que reciben, se hace innecesaria la contribución extra de los padres. En el caso de Chile, el techo que viene dado por la subvención es todavía muy bajo, y al compararnos con el resto del mundo concluimos que no estamos en condiciones de restar recursos del sistema.

Con todo lo anterior, estimamos que el diagnóstico en que se basa el Gobierno para querer eliminar el financiamiento compartido es equivocado. Las estadísticas que mostraremos a continuación dan cuenta de que hoy el financiamiento compartido no pareciera significar una barrera real a la elección de escuela. Más aún, la existencia de la SEP y de becas para el 15% más vulnerable de cada establecimiento que cobra un copago, constituye una poderosa herramienta para que se produzca integración en la sala de clases, en la medida que gracias a estos instrumentos es posible que estudien frente al mismo profesor alumnos cuyos padres costean el copago desde su propio bolsillo, con alumnos que no realizan pago alguno.

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[i] Por ejemplo, entre países con buenos resultados en la prueba PISA 2009, éste se permite en países como Canadá, Nueva Zelanda, Japón, Australia, Bélgica, Noruega, Dinamarca, entre otros.

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