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POLÍTICOS: PROTAGONISTAS DE LA (MALA) FAMA

El Mercurio

Durante los vapuleados 30 años, vivimos en un ambiente de estabilidad. Primaba la racionalidad en la toma de decisiones y se respetaba el Estado de derecho. Ello permitió a las personas, verdaderos motores de la sociedad y del progreso, desarrollar sus proyectos de vida con su creatividad, esfuerzo y trabajo. Ello resultó en un virtuoso engranaje que redundó en el mejor interés de cada individuo, pero también en beneficio e interés de todos. Los datos así lo demuestran. Corrían años de bonanza (para todos), que no hubieran sido posibles si la política se hubiera descarrilado.

Hoy, sin embargo, la política perdió el norte. La ponderación racional, el respeto por la institucionalidad y la capacidad para ponerse de acuerdo está en retirada. Hoy ese método se mira con desdén y se lo sepulta en esos “30 años neoliberales” que la nueva política, empujada por el PC, aliados del FA, liderada por Gabriel Boric, nos quiere hacer despreciar. Y para colmo de males, la vieja política no tiene coraje para defenderse y buena parte de la sociedad, ya sea por pragmatismo o por ingenuidad, anda por la vida queriendo creer que la nueva forma de “hacer política” es solo una catarsis temporal o que el proceso constituyente todo lo resolverá.

Actualmente, da más rédito fantasear, practicar la revolución y jugar con el futuro de los electores (porque el de los políticos no está en juego) que sentarse a pensar en serio como salimos de esto. Y el periplo refundacional lo ejecutan como si no hubiera costos asociados, como si el capital humano y político de nuestra nación y la pequeña riqueza acumulada, y el bienestar de los más vulnerables fuera a aguantar toda clase de decisiones irracionales. Peor aún, las malas decisiones se toman a sabiendas, con la liviandad del atrevido ignorante o de quien solo es movido por la egolatría de un malentendido protagonismo.

Y es que los políticos parecen haber olvidado que en tanto forman parte del Estado están al servicio de las personas y deben proveer las condiciones para sean ellas las protagonistas de sus vidas. En vez, la política es hoy la protagonista, es hiper relevante, hasta el hartazgo, y no precisamente por el resguardo del interés general. De ahí que han perdido credibilidad y legitimidad, problema mayúsculo para el buen funcionamiento de la democracia. Pero la culpa del desprestigio es del empedrado, de las cuentas bots, de terceros. Puede haber algo de eso, pero un poco de autocrítica se agradecería. Hoy abundan (no son una anécdota como solían serlo), políticos magos como MEO que acabará con la inflación terminando con la UF. Candidatos sin coraje a la presidencia, como Boric, que en vez de hacer lo que debe, nos hace creer que los mil problemas de los retiros de pensiones -pobreza en la vejez e inflación galopante que afecta a los más vulnerables- se arreglan poniendo impuestos a los retiros; diputados ególatras que lo apoyan con el solo objeto de salir reelectos; otros insólitos que mandan al Presidente del Banco Central a estudiar para justificar su propia ignorancia (o culpa grave o dolo a estas alturas) y esos y tantos otros que se creen super políticos tomándose atribuciones que no tienen. Y para que hablar de los convencionales que esta semana simplemente se saltaron la Constitución y decidieron aprobar todos los reglamentos por mayoría, “olvidando” que en ellos hay reglas de votaciones que, según la Constitución, deben aprobarse por 2/3 ¿Querrán darnos a entender que no había en ellos normas de votaciones? ¿Cómo concordarán la propuesta de Constitución entonces? Inverosímil. Y es peor. Además de tomarnos el pelo, buscan que los electores les estemos agradecidos; nos han hecho un gran favor ¿Qué sería de nosotros sin los convencionales de izquierda, que se la jugaron por saltarse la Constitución (poniendo a todo un sello de mayoría) para salvar el quorum de 2/3 para aprobar las normas constitucionales? ¡Ósea la Convención se pone al margen de la ley para proteger la ley y hay que hacer una reverencia! A otro perro con ese hueso ¡Vaya héroes los del Frente Amplio, INN y Colectivo Socialista que, para dejar contentos a sus amigos del PC, violan la Constitución! Y no se engañe porque los 2/3 no están a salvo. Aprobarán los plebiscitos intermedios dirimentes y posiblemente varias normas de la consulta indígena vinculante y con ello adiós 2/3.

Chile no necesita “héroes”, ni magos hiperventilados, protagonistas del desastre al que nos llevan con gran carisma. Necesitamos buena política. Si eso es mucho pedir, al menos una que respete las reglas y no nos conduzca al precipicio mientras cuida sus propios intereses.

Columna de Natalia González, Directora de Asuntos Jurídicos y Legislativos, publicada en El Mercurio.- 

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