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Educación superior en espera

Pulso

Avanzado junio, seguimos esperando para conocer el proyecto de reforma al sistema de educación superior que el Gobierno se comprometió a ingresar durante este mes. Por lo que se sabe, la intención sería extender el sistema de gratuidad implementado este año y terminar con las becas y créditos. Sin embargo, éste no sería simplemente un cambio en la forma de entregar los recursos; ya durante la transición -cuya duración dependerá del crecimiento de los ingresos fiscales- se establecería una fijación de aranceles máximos por parte del MINEDUC para los alumnos receptores de ayudas del Estado.

Esto tendría consecuencias sumamente dañinas, pues con recursos insuficientes, las instituciones de educación superior se verán obligadas a reducir sus gastos, muchas veces desmejorando la calidad, o bien privilegiando la admisión de alumnos “menos costosos”, es decir, los que se financien por sí mismos -y no con gratuidad- y por ello no conduzcan a la fijación de aranceles.

Esto, sumado a una restricción relativa al incremento de la matrícula, por parte del MINEDUC, significará un estancamiento en el acceso, que bien podría perjudicar a los estudiantes de menores ingresos, que son los que hoy muestran una menor cobertura y los que aspiran a que el sistema se amplíe para obtener un nuevo espacio.

De esta forma, y contrario a lo que se ha querido comunicar, esta reforma atentaría contra la masificación de la educación superior que la sociedad chilena demanda. Es además injusta en términos de distraer recursos de otras prioridades para el país y no resolverá los problemas de acceso a la educación superior en tanto no se hace cargo de las verdaderas restricciones que enfrentan los jóvenes de más bajos ingresos (educación previa deficiente y gastos de mantención). Por el contrario, y tal como lo señaló recientemente la OCDE, un sistema que permite el cobro por parte de las instituciones de educación superior, más un sistema general de ayudas estudiantiles basado en becas de mantención y créditos contingentes al ingreso para quienes lo requieran, es mucho más consistente con la pretensión de elevar el acceso a la educación superior.

Columna de María Paz Arzola, investigadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo, en Pulso.-

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