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SE AGOTA LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE COBRE… ¿Y LAS PROPUESTAS DONDE?

La Segunda

A continuación reproducimos la columna de Cecilia Cifuentes, investigadora del Programa Económico de LyD, publicada en La Segunda:

Algo perplejos nos ha tenido en estos días la caída del precio del cobre. Primero, se ha generado un cierto alivio para el Banco Central, que ve alejarse la necesidad de una intervención cambiaria, y los costos que ella supone para el manejo monetario un contexto de presiones de gasto. Segundo, el ver que por primera vez desde el inicio del ciclo alcista del cobre, su precio efectivo se acerca peligrosamente al precio de tendencia, y se empieza a generar el temor de cómo se manejaría la política fiscal en un escenario, desconocido hasta ahora, en que el precio de largo plazo caiga en vez de subir, y en ese momento se deba decidir qué gastos deben verse negativamente afectados. El tema es complejo, porque parte de los mayores beneficios sociales que se están dando actualmente con carácter de permanentes, se han financiado con la bonanza del cobre. No se trata solamente de la caída del precio, mucho más marcado en los últimos años ha sido el fenómeno de los costos de producción. El precio promedio de 2012, de US$ 3,6/libra, corregido por los costos de producción fue equivalente al del año 2009, de US$ 2,3/libra. Este aumento de costos se explica por tres factores de similar importancia; caída de la ley del mineral, costos salariales y costos de energía. Sobre este último aspecto, implementar políticas que reduzcan los costos de la energía en Chile podría haber sido igual o más rentable para el fisco que la reforma tributaria que se aprobó el año pasado.

Pero existe un tema adicional que es igualmente preocupante que el anterior, y que demanda en forma urgente propuestas serias de los candidatos, ya que en caso contrario nos podemos encontrar con que simplemente se nos agotó la gallina de los huevos de cobre. Algo menos de un 10% de los ingresos del fisco provienen en forma directa de CODELCO (este porcentaje ha caído en años recientes producto del alza de costos). Estamos hablando de una cifra que, dependiendo del precio del cobre, ha fluctuado en estos años entre US$ 5.000 millones y US$ 8.000 millones anuales. En el contexto actual de caída de la ley del mineral y presiones de costos energéticos y salariales mantener esa cifra hacia adelante requiere, de acuerdo a CODELCO, un monto de inversiones de US$ 27.000 millones en los próximos cinco años. Seguramente el endeudamiento será la fuente principal de financiamiento, pero eso significa deteriorar el perfil crediticio de la empresa y de todas formas reducir los futuros traspasos al fisco producto del mayor pago de intereses. La cifra supera con creces el pasivo vigente de largo plazo, equivalente a algo menos de US$ 20.000 millones. ¿Será finalmente que las alzas de impuestos propuestas por algunos candidatos no irán a mayor gasto social sino que a financiar a CODELCO? ¿Sería presentable que todas las empresas en Chile terminen pagando la cuenta de la caída de productividad de la mayor empresa del país?

Se requiere entonces conocer las propuestas que harán los candidatos sobre este importante tema-país. Una alternativa de solución es lograr que todos los trabajadores chilenos participen del llamado “sueldo de Chile”, a través de permitir que sean los fondos de pensiones los que financien parte de este cuantioso programa de inversión. Esto además haría más transparentes los costos que tiene para todos los trabajadores la incesante búsqueda de beneficios y privilegios de los trabajadores de CODELCO, que no están precisamente entre los más vulnerables del país.

En fin, se trata de un tema probablemente de mucho mayor repercusión que la creación de una AFP estatal, o el fin de las ISAPRES, y es por lo tanto urgente conocer como lo piensan enfrentar quienes aspiran a dirigir el país en los próximos cuatro años.

 

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