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ACUSACIÓN CONSTITUCIONAL: UN LAMENTABLE ¿EPISODIO?

Pulso

A continuación reproducimos la columna de Natalia González, Directora Programa Legislativo y Constitucional, publicada en PULSO:

La destitución del ahora ex ministro de Educación no debe dejar indiferente a nadie. Sobre la base de una acusación carente de fundamentos, con errores en lo esencial y teñida de consignas ajenas a lo que mandata la Carta Fundamental, buena parte de la clase política hizo gala el miércoles de una gran mezquindad. Buena parte de la oposición puso sus intereses por sobre los del país privilegiando una actuación en bloque de cara al presente año electoral, a pesar del llamado de expertos de su propio sector sobre lo injustificado del libelo acusatorio y de la falta de convencimiento que algunos parlamentarios hicieron evidente en el proceso.

Algunos dirán que los parlamentarios que apoyaron la acusación lo hicieron en nombre y para los estudiantes. Ello es curioso porque en realidad la salida de Harald Beyer no contribuye a solucionar sus demandas, las que por lo demás están lejos de constituir la última palabra en materia de educación. También es lamentable, porque precisamente resulta en un despropósito para la política que los parlamentarios simplemente hagan suyas las demandas de la calle sin ponderar adecuadamente sus méritos y sus efectos. Si bien el movimiento estudiantil hoy enarbola banderas de triunfo, viendo en la acusación un símbolo de la caída de todos los males que aquejan al sistema, lo cierto es que las condiciones en las que se ha producido la salida de Harald Beyer, llena de dudas sobre la legitimidad de los fundamentos de la acusación y el hecho innegable de que se trata de un servidor público que ha colaborado desinteresadamente con todos los sectores, no hace más que asestar un golpe al referido movimiento que más bien ha equivocado el blanco.

Lo que uno debiera esperar es que la partida del hoy ex ministro al menos sirva para que la clase política efectúe una revisión sobre la forma en la que seguiremos construyendo el país que queremos. Lo inquietante, no obstante, es que las señales en este sentido no se ven claras en el horizonte y al parecer la salida de Beyer estaría lejos de ser un episodio aislado. Lo que está en juego no es menor, son nuestras instituciones y la confianza de los electores en sus representantes. Llegó el momento de la reflexión.

PULSO, 19 DE ABRIL DE 2013, ACUSACION UN LAMENTABLE EPISODIO

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