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CONFLICTO EN LA ARAUCANÍA: LAS SEÑALES DE LA AUTORIDAD SERÁN CLAVES EN ESTE PROCESO

El Mercurio

A continuación reproducimos la columna de Luis Larraín, Director Ejecutivo de LyD, publicada originalmente en El Mercurio:

 

Los Ministros Chadwick y Lavín viajaron a Temuco durante tres semanas consecutivas, para sostener conversaciones con organizaciones mapuches, tras lo cual el Gobierno anunció el envío de tres proyectos para su integración y destrabar el conflicto, cuya versión final sólo conoceremos cuando éstos ingresen al Congreso.

Dichas reuniones se dieron en el contexto de la horrible muerte del matrimonio Luchsinger Mackay, quemados vivos por un grupo de al menos siete asesinos que en medio de la noche asaltaron su casa en la localidad de Vilcún, ha creado conciencia sobre la importancia de enfrentar los hechos de violencia en la zona.

Ya no se puede seguir ocultando la realidad: en la zona de La Araucanía operan grupos organizados de izquierda dura que han sembrado la violencia y el terror con sus ataques armados que aumentan cada día en violencia e intensidad.

De esta nueva conciencia puede nacer algo bueno: la voluntad de avanzar en la solución de los conflictos en la zona. Pero también podemos terminar peor, si las señales que emiten los distintos actores, especialmente las autoridades, van en la dirección incorrecta.

El Fiscal regional de  La Araucanía, Francisco Ljubetic, ha informado que hay un 76 % de aumento en las denuncias por actos violentos asociados al conflicto mapuche en el último año. Señala también que las resoluciones judiciales muestran un claro sesgo a favor de imputados mapuches, ya que las causas que les afectan terminan sólo en un 50% de los casos con sentencias condenatorias, mientras que en el resto de la población ese porcentaje es del 97%.

Hay quienes han querido equiparar la muerte del matrimonio Luchsinger con la del joven Matías Catrileo, muerto el año 2008 en la toma del fundo Santa Margarita producto de una bala disparada por el cabo segundo Walter Ramírez.

Nada que ver una cosa con la otra. Los Luchsinger dormían tranquilamente en su casa. Matías Catrileo participaba en un acto ilegal. El cabo Ramírez le disparó en un operativo policial destinado a repeler un asalto a mano armada y la ocupación de un fundo. Por eso, es discutible que haya sido dado de baja recientemente por Carabineros “por faltas a la ética”, al parecer por presiones provenientes desde el gobierno. ¿Qué señal estamos entregando a quienes participan en este conflicto con esa decisión?

Es cierto que el aspecto policial es sólo uno de los aspectos del problema que se vive en la Araucanía, pero es uno importante. Sólo uno de los siete asaltantes a la casa de los Luchsinger está detenido. Urge avanzar en esa investigación para dar con los culpables y condenarlos.

Paralelamente el Gobierno está sosteniendo esta serie de reuniones con organizaciones mapuches en la ciudad de Temuco. Allí están representadas muchas organizaciones, se habla de cerca de 26 que participarían en estas conversaciones. La mayoría de estos grupos, así como de las más de mil comunidades mapuches que habitan en la zona, son enteramente pacíficas y rechazan los atentados. Muchos de ellos son víctimas también de los violentistas.

Las conversaciones abarcan diversos tópicos y van desde el reconocimiento  a las poblaciones mapuches al estudio de diversas formas en que el Estado puede contribuir tanto a mantener la cultura mapuche como a apoyar el emprendimiento entre ellos, superar la pobreza en que viven otros y en general mejorar sus condiciones de vida.

Nuevamente las señales son aquí muy importantes. ¿Qué paga más en definitiva? ¿Respetar la ley, trabajar esforzadamente, cooperar en la solución armónica de los conflictos; o amenazar, incendiar, e incluso matar?

Eso es lo que observan, en silencio, los miles de mapuches que con esfuerzo llevan sus productos a la Feria Pinto al lado de la estación ferroviaria de Temuco. ¿Habrá ayuda para los mapuches pacíficos o el camino es la violencia y el enfrentamiento?

Con todo su horror, la muerte del matrimonio Luchsinger puede dar un fruto positivo si es que vuelve la situación de La Araucanía a un camino razonable, donde se busquen soluciones a los problemas que vive la región y especialmente sus habitantes mapuches, en un marco de respeto y convivencia.

Las señales de la autoridad serán claves en este proceso.

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