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CHILE: CRECIMIENTO ECONÓMICO Y BAJA PARTICIPACIÓN ¿PARADOJA?

El Mostrador Mercados

A continuación reproducimos la columna de Jorge Ramírez, investigador del Programa Sociedad y Política de LyD, publicada en El Mostrador Mercados:

Chile atraviesa por un gran momento en su economía, con un crecimiento que ha sido sostenido: en el año 2010 a una tasa de 6,1%, y el 2011 a una tasa del 6%. Para el 2012 se vislumbra un crecimiento por sobre el 5%, mientras que las proyecciones a nivel internacional están en torno al 3%.

A pesar de estas excelente cifras, el desinterés cívico de la población es cada vez más patente y eso quedó demostrado en las últimas elecciones municipales, donde debutó el voto voluntario y sólo un 41% de la población en edad de votar concurrió a las urnas. ¿Es esto una paradoja?

Desde la Ciencia Política no hay consenso respecto al impacto del llamado "voto económico" y su relación con la participación electoral. Pero una línea de la evidencia sostiene que las personas en condiciones de adversidad económica son más proclives a votar, porque parte sustantiva de sus condiciones materiales de existencia pasan por cuestiones de políticas públicas [1].

Bastaría con mirar un poco la experiencia comparada para ratificar este asunto, es decir, son múltiples los ejemplos de países desarrollados, con democracias avanzadas y consolidadas que experimentan bajos niveles de participación electoral, cuestión que por cierto, se acrecienta si hablamos de elección de autoridades locales. Quizás el ejemplo recurrente sea Inglaterra, donde para la última elección local sufragó sólo el 38% de la población en edad de votar. Otro ejemplo funcional a esta línea de argumentación es el norteamericano, donde para elecciones no presidenciales, las cifras de participación electoral están por debajo del 50%.

Guardando las proporciones, quizás hay algo de esto en el caso chileno. Es evidente que la ciudadanía no siente que el devenir del país ni su condiciones materiales se juegan en una elección local, a diferencia de lo que sí podría ocurrir en una elección presidencial. Esto además, sepulta la tesis del descontento generalizado: si realmente existiera una actitud completamente revisionista hacia el "modelo", la participación electoral habría sido muy elevada. Cuando las sociedades buscan cambios profundos en sus sistemas políticos y cuentan con las vías institucionales para canalizar este cambio, las cifras de participación son muy elevadas. Basta recordar las cifras de participación del plebiscito de 1988 en Chile, por ejemplo.

Por otra parte, una extensión del argumento de la línea del "voto económico" sugiere que los electores premian o castigan al electorado conforme a sus evaluaciones retrospectivas o prospectivas de la economía.  A partir de esto, si Chile crece, y hay empleos ¿Por qué los resultados no fueron del todo favorables al Gobierno? Una primera aproximación lógica, sugeriría que probablemente el electorado que experimentó mayores de niveles de intensidad en sus preferencias, y concurrió a votar, lo hizo privilegiando una agenda "postmaterialista" propia de sociedades más avanzadas, es decir, el elector asume que cuestiones como el bienestar económico están "dadas" y no las identifica con la gestión de un gobierno en particular. De esta manera,  el elector pondera otro tipo de variables en su ordenamiento de preferencias, como puede ser la calidad de vida, medio ambiente, respeto por valores de autoexpresión, etc[2]. Quizás el caso de Providencia sea un buen ejemplo de aquello.

Finalmente, nadie sostiene que en Chile a raíz del crecimiento económico, se esté gestando una total desvinculación del sujeto con los asuntos públicos, sino que al parecer el "móvil" de la participación se está orientando hacia nuevas coordenadas, lo que a todas luces, parece normal en el contexto de un país que hoy es más desarrollado.


[1] Arceneaux, Kevin. (2003). "The Conditional Impact of Blame Attribution on the Relationship Between Adversity and Turnout". En Political Research Quarterly N°56. pp. 271-98.

[2] Inglehart, Ronald. (1997). Modernization and Postmodernization. Cultural, Economic and Political Change in 43 societies. Princeton University Press, Princeton, 1997

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