A continuación reproducimos la columna de María Paz Arzola, investigadora del Programa Social de LyD, publicada en El Mercurio:
Al igual que el año pasado, el presupuesto de educación promete ser una de las partidas más discutidas. Y una vez más las universidades comenzaron a pedir más recursos, ignorando que éste es el gobierno que más recursos les ha entregado en toda su historia: el año 2009 el financiamiento institucional era de $ 215 mil millones, mientras el 2013 se comprometen casi $ 270 mil millones. Esto sin contar el financiamiento en forma de becas para financiar aranceles y el esfuerzo del gobierno para subsidiar el Crédito con Aval del Estado: el presupuesto del año 2009 consideraba $ 305 mil millones en ayudas estudiantiles, mientras que el año 2013 éstas llegarán a más de $ 780 mil millones (incluyendo recompra de créditos CAE y subsidio de la tasa de interés).
El que los aportes públicos a educación superior se estén dando cada vez más en forma de becas y créditos tiene como lógica focalizar las ayudas en aquellos jóvenes que realmente se estaban viendo restringidos por la falta de recursos. Y es así como cada vez están accediendo a educación superior más jóvenes de sectores antes postergados. El año 1990 sólo el 33% de los matriculados en educación terciaria de 18 a 24 años provenía del 60% más pobre de la población, mientras que el año 2011 este grupo correspondía a la mitad de la población estudiantil.
En cuanto a las instituciones que más han contribuido al ingreso de estudiantes de los primeros quintiles, nos encontramos con que son los centros de formación técnica, institutos profesionales y universidades privadas. Si en 1990 casi el 50% de los jóvenes del 60% más pobre de la población estudiaba en universidades del Cruch, el 2011 este porcentaje bajó a un 31%. Las universidades privadas reciben al 32% y los centros de formación técnica e institutos profesionales al 37% de los estudiantes provenientes de estos tres primeros quintiles.
Por este motivo, es importante no ceder ante las presiones del Cruch, porque les aumenten los aportes basales. Si lo que se quiere es conseguir mayor cobertura y equidad en educación superior, el financiamiento estudiantil (becas y créditos) es la mejor forma de hacerlo. Más aún, el que se igualen las condiciones de las ayudas para los estudiantes de cualquier tipo de institución es un avance fundamental en esta línea.
Aun así, no hay que perder de vista que para mejorar la equidad en educación superior hay que mejorar los niveles previos, de tal forma que quienes quieran seguir estudios superiores no se vean limitados por una educación escolar deficiente.
En este sentido, el presupuesto para el año 2013 considera un incremento de recursos para crear más cupos en jardines infantiles y salas cuna, así como un incremento de las subvenciones para kínder y prekínder (que pasará de $ 38.719 a $ 45.511, mientras que los alumnos vulnerables recibirán más de $ 80 mil). Con esto, el año 2013 el gasto estimado para el nivel preescolar (sala cuna, jardín infantil, prekínder y kínder) superará ampliamente los $ 700 mil millones. Esta es una cifra récord, que más que duplica el gasto de gobiernos anteriores, y que va a la raíz de nuestro sistema de educación, apuntando a disminuir las inequidades desde el comienzo de la etapa escolar.