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CONDUZCA CON PRECAUCIÓN, CAMINO PELIGROSO

La Segunda

A continuación reproducimos la columna de Cecilia Cifuentes, publicada hoy en La Segunda:

Durante los veinte años de gobiernos concertacionistas se solía decir que la centro-derecha no tenía buenos resultados electorales, pero podía mostrar triunfos claros en la batalla de las ideas, ya que en términos generales se había mantenido un modelo económico basado en la libre competencia y la libertad individual. Ahora que la centro-derecha logró democráticamente llegar al gobierno, se empieza a percibir un debilitamiento generalizado en el campo de las ideas, a través de cierta permeabilidad a las presiones de los movimientos sociales de ultra-izquierda. Se podrían mencionar varios ejemplos de esta percepción, pero hay dos que me parecen especialmente preocupantes, por su importancia en todo el resto del sistema. El primero es en el campo de la educación, en que se estaría produciendo una inclinación a un modelo cada vez más estatista, con amplia gratuidad, sin la existencia de copagos de los padres, financiado con impuestos elevados. En las declaraciones de muchos políticos parece percibirse una añoranza de la ENU que se quiso aplicar durante la U.P. Un esquema de este tipo tiene dos problemas serios, primero afecta la libre decisión de los padres sobre la forma en que quieren educar a sus hijos ya que se dificulta la coexistencia de diversos proyectos educacionales, y segundo genera serios problemas de incentivos al esfuerzo de padres e hijos. Cuando se le pregunta a los padres acerca de su principal motivación para trabajar y lograr mayores ingresos, la respuesta más usual es poder pagar más y mejor educación a sus hijos. El esfuerzo personal de éstos, a su vez, se ve fuertemente acrecentado cuando perciben el sacrificio que hacen sus padres. Esas motivaciones simplemente desaparecen con educación gratuita y estatal, por lo que, además de ser un atentado a la libertad de los padres,  inevitablemente daña el proceso de desarrollo social. No llegaremos a ser un país desarrollado si se pierde el premio al esfuerzo. Los países que hoy muestran altos niveles de desarrollo no lo son por la calidad y cantidad de programas sociales, sino por el esfuerzo de trabajadores que han logrado incrementar sostenidamente su capital humano.

Otro tema preocupante  se refiere a la forma de analizar la disciplina fiscal. En años anteriores, en aras de mantener la prudencia en el gasto público, me parecía deseable que el Comité de Expertos del precio del cobre de tendencia hiciera estimaciones lo más conservadoras posible, de tal forma de contribuir a atajar las siempre presentes presiones de gasto. Esta vez mis deseos van en sentido contrario, es decir, ojalá que el precio resulte elevado, ya que no es el límite de gasto posible una variable restrictiva para determinar el presupuesto. Si el precio del cobre de tendencia resulta insuficiente para financiar la política asistencialista, fácil, es cosa de subir los impuestos, y mientras más mejor, en pro de la supuesta mayor equidad que eso lograría. Parece haberse incrustado en la conciencia ciudadana el que los impuestos generan recursos al país, cuando sólo se trata de pasar los mismos recursos de un bolsillo a otro, y no sólo eso, sino que también con los costos de eficiencia que ese traspaso genera. Al igual que en el tema de la educación, se pierde la noción de premiar el esfuerzo de los trabajadores, rechazándose de plano la posibilidad de reducir en forma muy moderada los elevados impuestos al trabajo que existen en Chile. El mensaje de fondo es el mismo: no se esfuerce en trabajar más y ganar más, que papá Estado le va a cubrir sus gastos con los impuestos que pagan los ricos ¿Y qué pasa cuando esos ricos deciden que ya no es atractivo generar ingresos en el país?

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