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Zoom a los hogares por quintil de ingresos

  • Estudio de Libertad y Desarrollo hace una radiografía a su número de integrantes, situación laboral, de pensiones, de vivienda y de salud.
  • Revela una diferencia de 17 veces en el ingreso autónomo per cápita entre los hogares del quintil más pobre y el del más acomodado.

Siempre hay excepciones, pero en general, en buena parte de los 4,3 millones de hogares que hay en Chile según la Encuesta Casen 2015, es posible encontrar televisores en colores, incluso en versiones para imágenes digitales, celulares, electrodomésticos, muebles, vestuario, tecnología, y no son pocos donde hay un medio de transporte motorizado. Es decir, y a diferencia de hace varias décadas, todo aquello que viene aparejado con la modernidad y con el hecho de que Chile es hoy un país que ha superado los US$ 20 mil per cápita (a paridad de poder de compra). De la mano del crédito -formal o no- y también del ahorro, los hogares chilenos dan cuenta de un estándar más exigente de carencias. Dos millones de habitantes o el 11,7% de población vive en pobreza por ingresos, lo que significa que unos cien mil hogares, o 435.000 personas, superaron dicha situación en un período de dos años.
¿Este panorama general cómo se aterriza al interior de cada hogar? Como consecuencia de la idiosincrasia, los hábitos y costumbres, el acceso a educación e información, a empleos formales o precarios, a entornos amigables o adversos, estructuras familiares y formas de relacionarse, pero sobre todo por su capacidad de generar ingresos, la caracterización es distinta en cada quintil de la población, e incluso al interior de éstos, según comuna y ciudad, y según si su población es rural o urbana, explica
el director del Centro de Datos de LyD, Rodrigo Troncoso. El experto, a partir de la base de datos de la última Casen, elaboró para La Tercera una serie estadística para ayudar a describir cómo viven los hogares en Chile, según el quintil de ingresos en que se encuentran.

¿Qué muestran los datos reportados? Por ejemplo, que en promedio un hogar tiene cuatro integrantes, uno más que en 2013, y que mientras ese número disminuye en los grupos de más ingresos, en los más vulnerables aumenta. También que la diferencia de ingresos autónomos per cápita (sin subsidios del Estado) es 17 veces entre los quintiles ubicados en los extremos; que el ingreso autónomo per cápita promedio del país es de $ 299.050 y que cuando el jefe de hogar es mujer, baja a $ 284.381. Pese a ello, constata que entre 2013 y 2015 el ingreso autónomo per cápita de los dos primeros quintiles, o 40% más vulnerable, mejoró en un 8% y que en el último quintil, apenas 1,14%.

"En la construcción histórica de los hogares influyen variables que desvían de un momento a otro su situación de ingresos, de convivencia sana o de hacinamiento, de acceso a más educación o deserción escolar, de pobreza o vulnerabilidad, etc. El número de integrantes por hogar, su permanencia en él y sus características es lo que determina a un hogar como vulnerable o no, porque la distribución por quintiles es continua y entre uno y otro los límites son difusos", afirma Troncoso.

Empleo dura 7,6 años en promedio

Según LyD, la revisión por quintiles sitúa a 7,5 millones de personas en calidad de ocupadas en el país: el 77,9% como asalariado, un 19,3% por cuenta propia y el 2,72% como empleador. Una composición levemente distinta a la reportada en 2013, cuando esas categorías marcaron 78,6%, 19,43% y 2%, respectivamente. La formalidad en el empleo tampoco ha variado mucho: en 2013 el 85,4% de los ocupados tenía contrato (o estaba por firmarlo) y en 2015, era el 85,6%. Pero si bien entre ambas encuestas hay sólo décimas de diferencia que no estarían acusando recibo de la desaceleración económica del período, Troncoso apunta a una variable que podría explicar por qué, aparentemente, las cosas andan mejor: salvo en el quintil más pobre -cuyo mercado laboral en general es más informal, precario y de menor calificación-, en el resto de los quintiles la duración en el empleo aumentó, promediando 7,6 años. En 2013 era de 7,4 años. 'Lo más probable es que el indicador mejoró no por generación de empleo o menor rotación por despido, sino porque en ciclos adversos se tiende a cuidar más el empleo vigente y a privilegiar la antigüedad laboral, dado que la reinserción laboral se hace más exigente y tarda más', explica el experto.

1 QUINTIL: eje en la cuenta propia

En los hogares del 20% más pobre es donde más se trabaja por cuenta propia: un 34% lo hace y hay otro 1,6% que se considera empleador. Ahí es donde menos asalariados hay, un 65% está en esa categoría, y el empleo dura, en promedio, 6,5 años, uno menos que el promedio país. El 48,2% de los jefes de hogar tiene trabajo y el 36,6% de las mujeres jefas de hogar. El ingreso autónomo per cápita en estos hogares es de $ 50.591, según los datos de LyD.

2 QUINTIL: vulnerable a la pobreza

Son el segundo grupo que más trabaja por cuenta propia, 22% de los hogares lo hace, pero donde menos empleadores hay: 1,35%. El 77% lo hace como asalariado y el empleo dura 6,6 años en promedio. La tasa de ocupación del jefe de hogar sube a 65,1% y a 51,5% cuando es mujer, con un ingreso autónomo per cápita de $ 116.477. Troncoso explica que el segundo quintil es el más vulnerable al riesgo de caer en pobreza, pues son hogares que dejaron de ser pobres o siempre han estado al borde, y que por las características de su composición se ven fuertemente afectados por la pérdida del empleo o ingreso principal, una enfermedad larga o costosa, o cambios en la propiedad que habitan. 'Todo esto los desplaza con mucha rapidez entre quintiles', dice el experto.

3 QUINTIL: hacia la clase media

Aquí, el 81% es asalariado, el 18% trabaja por cuenta propia y el 1,7% es empleador. El empleo dura siete años en promedio, la tasa de ocupación del jefe de hogar es de 69% y si es mujer, de 54%. Los quintiles dos y tres se consideran de ingresos medios, pero Troncoso aclara que desde éste la desigualdad se acentúa, pues el ingreso autónomo per cápita es de $ 180.765, un 55% mayor que el quintil anterior y 3,6 veces más que el primero. 'El tercer quintil se considera no vulnerable o vulnerables sólo para algunas dimensiones', acota. ¿Aquí estaría la clase media? Cree que sí o, al menos, la más tradicional.

4 QUINTIL: los acomodados

Los hogares de este quintil son acomodados, afirma el economista, y no sólo porque un 16% trabaja por cuenta propia (la mitad que en el primer quintil), el 2,5% es empleador y el 82% es asalariado. Aquí, el empleo dura 7,8 años (más que el promedio país), el 77% de los jefes de hogar está ocupado y el 65% en el caso que sea mujer. Además, tienen un ingreso autónomo per cápita de $ 288.086, un 59% más alto que el quintil anterior y 5,7 veces superior que el primero. No es lo único, añade Troncoso: cuentan con una red de cobertura adicional a la estructura de seguros estatales (en las dimensiones de salud, vivienda, educación y empleo), a diferencia de los dos primeros quintiles, para los cuales es la única cobertura, aunque en materia previsional también son beneficiarios. 'En general, aquí se encuentran los hogares acomodados', indica.

5 QUINTIL: el de menor población

El director del Centro de Datos de LyD detalla que en los hogares del 20% de mayores ingresos todas las variables distan marcadamente del resto: si bien el 79% son asalariados y el 15% trabaja por cuenta propia, el 5,6% es empleador (duplica incluso al quintil anterior) y aquí el empleo dura 9,1 años en promedio. Pero la distancia se hace aún mayor cuando se considera que el ingreso autónomo per cápita es de $ 859.330, triplicando el del quintil anterior y siendo 17 veces el del primero. En este quintil está el menor número de personas, concentrando a 2,8 millones de la población.

Pilar Solidario para todos

Aunque fue diseñado para apoyar a los adultos mayores más pobres del país, el informe de LyD revela que en todos los quintiles de ingresos hay beneficiarios de la Pensión Básica Solidaria (PBS, hoy en $ 102.897 para quienes no tienen ahorros para jubilarse o los que tienen no alcanzan ni para una pensión mínima) y de Aporte Previsional Solidario (APS, complemento fiscal para las pensiones de hasta $ 304.062). Esto, pese a que el Pilar Solidario beneficia a mujeres y hombres de 65 años y más, pertenecientes a los hogares de hasta el 60% más pobre o de menores ingresos. Troncoso explica que al analizar los datos por quintil de ingreso, la pensión promedio por vejez generada por el sistema privado -excluyendo Pilar Solidario, viudez, montepío, invalidez y leyes especiales, entre otros- es de $ 235.566 y que habría 2.691.836 pensionados según la Casen 2015. De ellos, el 36, 43% se jubiló por vejez sin Pilar Solidario, otro 23,98% recibe PBS y un 5,37% complementa su pensión con un APS. La edad promedio de los pensionados es de 73,73 años: 71,22 en mujeres y 73,38 en hombres.

1 QUINTIL: donde hay más pensionados

Con 619.902 personas, es el quintil que más pensionados tiene, con una edad promedio de 73,4 años en mujeres y 75 en hombres. Del total, sólo el 16,2% se jubiló por vejez, un 50,6% recibe Pensión Básica Solidaria (PBS) y un 5,52%, un Aporte Previsional Solidario (APS) para complementar su pensión por AFP. Esta promedia $ 132.776, según el informe de LyD.

2 QUINTIL: 25% tiene PBS

El 34% de los 559.249 pensionados de este quintil jubiló por vejez, aunque sólo el 25% recibe una PBS y el 7,6%, un APS. Aquí, la pensión promedio sin Pilar Solidario es de $ 154.365,9. Las mujeres tienen una edad promedio de 72,6 años y los hombres, de 74,3.

3 QUINTIL: 17% más de pensión

Es el segundo grupo con más pensionados: 564.216, con edades promedio de 72,8 años en mujeres y 74,2 años en hombres. El 41% se jubiló por vejez, sólo 17% recibe PBS y 7%, APS. La pensión privada promedio es de $ 181.794, 18%, más alta que la del quintil anterior.

4 QUINTIL: las diferencias

Con una pensión promedio de $ 231.640, 27% mayor que la del quintil anterior y 74% más que el primero, aquí los problemas de distribución son más evidentes. El cuarto quintil es el segundo con menos pensionados, 526.485: el 12,7% recibe PBS y el 4,1%, APS.

5 QUINTIL: pensión de $ 412.000

Este es el quintil de menos pensionados: 421.984 personas. El 52,2% jubiló por vejez sin Pilar Solidario, un 5,7% recibe PBS y un 1,9%, APS. Aquí la pensión promedio es de $ 412.120, un 78% más alta que la del cuarto quintil.

Hacinamiento y más acceso a salud marcan las distancias

LyD concluyó que un 10,8% de los hogares vive hacinado, un 12,6% como allegado y el 3,5% carece de algún servicio básico. Pese a ello, el 56% es propietario. En el ámbito de la salud, el 15% está afiliado a una isapre y el 77%, a Fonasa. El 9% de los hogares tiene un integrante con alguna discapacidad y el 5,2%, alguien con dependencia.

I quintil

Este grupo de la población es el que tiene la mayor tasa de hacinamiento, de 20,3%, según el informe elaborado por LyD. Pese a ello, Rodrigo Troncoso, director del Centro de Datos de la entidad, distingue una mejora respecto de 2013, cuando era de 25%. Se trata de 781.007 personas que viven en esa condición, entre otras cosas, porque ese quintil tiene el número de integrantes promedio más alto por hogar, 4,411 personas, y reúne la mayor población que vive allegada, 17,06% del quintil. Llama la atención que este quintil tiene la mayor tasa de hogares con vivienda propia, 61,14% y la más baja en arriendo, 11,65%, reflejo de la cobertura de los subsidios habitacionales. Con todo, el 8,16% no tiene acceso a servicios básicos. En materia de salud, el 2% tiene isapre y el 23% de los integrantes del quintil tuvo un accidente, enfermedad o dolencia en los últimos tres meses. Este grupo, además, tiene las mayores tasas de discapacidad, de 12%, y dependencia de alguno de sus integrantes de 8,3%.

II quintil

Como es casi lógico, tiene la segunda mayor tasa de hacinamiento de la población, de 15%, aunque también se redujo desde el 19% registrado en 2013. En este quintil el 3,74% de los hogares no tiene acceso a servicios básicos, aunque el 59% tiene vivienda propia y el 15% paga arriendo. Un 14% vive como allegado en una vivienda independiente o compartiéndola con otros grupos o familias. Aquí, el número de integrantes promedio es de 4,36 y de una población total estimada de 3.907.302 personas, a partir de la base de datos de la Casen 2015, el informe de LyD concluye que es también el segundo quintil con la mayor proporción de integrantes con alguna dificultad en materia de salud, física o intelectual. Así, el 9,38% de esta población presenta alguna discapacidad y el 5,81%, algún grado de dependencia. El 4,31% de los hogares del quintil está afiliado a una isapre. En este grupo, el 23% tuvo alguna complicación o dolencia y el 93% accedió a algún tipo de atención.

III quintil

El estado de la vivienda en la que habitan los hogares de este quintil todavía recoge el alcance de la política habitacional del Estado, basada en premiar el esfuerzo de ahorro con un aporte mediante el denominado subsidio habitacional. Aquí, el 58% es propietario, el 16% arrienda y el 12% se declara como allegado. La población total del quintil es de 3.650.691 personas, con 4,098 integrantes promedio. También se aprecian mejoras en la calidad de vida en variables como hacinamiento, cuya tasa baja drásticamente respecto del quintil inmediatamente anterior, a 9,64%. En la Casen 2013 fue de 11,4%. Y lo mismo en acceso a servicios básicos, donde sólo el 2,3% tiene carencia. En el ámbito de la salud, sin embargo, los datos aún son similares a los del quintil anterior, con un 4% de hogares con algún integrante con dependencia y un 7,6% con algún tipo de discapacidad. En este quintil, considerado como de clase media, el 9,1% está afiliado a una isapre y el 82,5%, a Fonasa.

IV quintil

Calificado por ingresos autónomos como un quintil acomodado, en este la tasa de hacinamiento es de 4%, bastante menos que la de 5,56% reportada en la anterior Casen. Pero aquí también hay allegados, el 10% de los hogares vive en esa condición, mientras que el 19% arrienda y el 53,2% se declara propietario de su vivienda. En todo caso, los datos revelan que otro 13% está pagando la casa propia y que apenas el 1,55% de los hogares carece de acceso a algún servicio básico. El cuarto quintil suma 3.319.433 personas, con un promedio de 3,7 integrantes por hogar. En este grupo, además, el 19% está afiliado a isapre y el 71,2% cotiza en Fonasa. El análisis de LyD también muestra que en materia de salud, este quintil está algo mejor que el promedio nacional, con el 3,93% de los hogares con algún integrante en situación de dependencia y el 7,6% con algún tipo o grado de discapacidad. Las tasas promedio del país para cada caso son de 5,2% y 9%, respectivamente.

V quintil

El hecho de que el ingreso autónomo per cápita promedio de este quintil sea 17 veces superior al del primer quintil hace pensar que no es posible que exista hacinamiento, pero el 1,4% de los hogares vive en esa situación y un 6,51% como allegado, aunque sólo el 0,46% del total no tiene acceso a servicios básicos. También llama la atención el que este quintil tenga la tasa de vivienda propia más baja, con el 43,51% de los hogares en esa situación, y la más alta de arriendo, de 22,8%. Troncoso explica que esto probablemente se debe a que este quintil exhibe la tasa de estar pagando la vivienda propia más alta de los cinco quintiles (23,13%, ver infografía), y al hecho de que aquí el valor de las viviendas es más alto y casi no operan los subsidios habitacionales. En este grupo, el 51,44% está en una isapre, pero el 39,2% está afiliado a Fonasa. De una población de 2.804.299 personas, el 2,8% presenta alguna en calidad de dependiente y el 6% tiene un tipo de discapacidad.

 

Fuente: La Tercera.-

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