Tras cinco años desde la última versión, esta semana fue presentada la VIII Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF), que reporta los ingresos y gastos de una muestra de hogares, y se utiliza como fuente para el cálculo de la canasta del IPC y la Canasta Básica Alimentaria, entre otras cosas.

"Dentro de los resultados que se obtuvieron, destaca una reducción en la brecha de ingresos y en la brecha de gastos, entre los hogares pertenecientes al quintil más bajo y al quintil más alto", señala Guillermo Irarrázaval, investigador del Programa Social de Libertad y Desarrollo. Esto se puede apreciar en el siguiente gráfico, que muestra la evolución en la relación entre los ingresos/gastos del quintil más rico, respecto al quintil más pobre –lo que se conoce como índice 20/20-. En los últimos cinco años, esta proporción cayó desde 15,3 a 13,1 en el caso de los ingresos, y desde 8,4 a 5,7 en el caso de los gastos. De esta forma, vemos que desde el año 1996/1997, la tendencia ha sido hacia una reducción de las brechas.

"Esta relación en términos de beneficios puede ser incluso más baja; hay una serie de prestaciones que el Estado entrega a hogares de menores ingresos que no son contabilizadas (así como viviendas entregadas) , o ingresos futuros que se esperan recibir desde el gobierno, por lo que la diferencia entre los quintiles comparados es virtualmente menor", explica Irarrázaval.

La última versión de la Encuesta de Presupuestos Familiares da otro indicio de la positiva tendencia que ha habido en la calidad de vida de los chilenos. "Esta mejora ha sido generalizada para la población, lo que se ha debido en gran parte al crecimiento y políticas sociales focalizadas que se han implementado", dice el investigador de LyD. El gobierno actual se ha comprometido en realizar medidas pro crecimiento y de protección a los más vulnerables, lo que tiene por intención nivelar la “cancha hacia arriba”, siendo aquella la dirección correcta.