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Reforma Laboral y Equidad

 

Cecilia CifuentesEn forma reiterada las autoridades del gobierno han señalado que esta reforma laboral es necesaria, ya que un mayor poder sindical permitiría redistribuir ingresos a los trabajadores. Pero ¿es eso cierto? Claramente no lo es en una economía competitiva, ya que no existen rentas que redistribuir. Si en el corto plazo los salarios suben más que la productividad, las empresas finalmente deben salir del mercado, o no se crean nuevas, de tal forma que las existentes puedan generar esa renta que se quiere repartir, pero a costa de los consumidores. No se genera entonces mayor equidad.

Se podría argumentar que si bien en el largo plazo no hay rentas, éstas si se producen en el corto plazo, y los trabajadores pueden no recibir nada de esta bonanza transitoria. Sin embargo, la respuesta adecuada no sería financiar mayores beneficios permanentes con ganancias transitorias, ya que no es financieramente viable. Sería preferible perfeccionar el actual esquema de gratificaciones, que en la práctica son un componente fijo más. De esta forma los trabajadores sí mejoran su situación en los ciclos de bonanza.

Por último, algunos podrán plantear que hay rubros que no parecen ser mercados competitivos, lo que podría ocurrir en algunos sectores regulados. Sin embargo, la respuesta apropiada no es enfrentar una industria oligopólica con un monopolio sindical, ya que nuevamente los consumidores pagan el costo. Lo que corresponde en este caso es profundizar la competencia en esos mercados, de tal forma que ganen todos, no sólo un grupo minoritario.

En definitiva,  la reforma laboral parte de una premisa errónea respecto a su objetivo de equidad, y, por ende, no lo va a lograr.

 

Carta de Cecilia Cifuentes, Economista Senior de Libertad y Desarrollo, publicada en El Mercurio.-

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