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JUAN ANDRÉS FONTAINE: “NO ES VÁLIDO ESTE ARGUMENTO DE QUE YA EL FUT NO SERÍA NECESARIO”

A CONTINUACIÓN, REPRODUCIMOS LA ENTREVISTA DE NUESTRO CONSEJERO, JUAN ANDRÉS FONTAINE, PUBLICADA HOY EN DIARIO FINANCIERO.


Por ahora, Juan Andrés Fontaine, prefiere mantener su independencia, por lo que no ha considerado la opción de sumarse a ninguno de los partidos, ni nuevos referentes de centro derecha. “De alguna manera amplía el espectro al cual mi opinión llega, si me abanderizo hay un costo”, advierte, sin descartar que lo podría pensar a futuro.

Tras su activa participación en la candidatura en Primarias Presidenciales de Andrés Allamand (RN), el economista relata que ha optado por mantenerse en el consejo de Libertad y Desarrollo (LyD) lo que le permitirá, mediante intervenciones públicas, “mantener siempre una pata en lo que son las políticas públicas donde he desarrollado una cierta experiencia personal y que profesionalmente es lo que más me motiva”.

Paralelamente, ha relanzado Fontaine Consultores -ex Fontaine y Paul- “con más de 20 años de experiencia en la asesoría económica en una primera línea macroeconómica y una segunda línea que estoy reforzando con la incorporación de Herman Bennett, que fue asesor clave del Ministerio de Economía cuando estuve ahí, para tomar temas microeconómicos, como asesorías en procesos tarifarios en valorizaciones litigios y precios de transferencia”.

- Con la información con que se cuenta ¿se puede criticar o defender la reforma tributaria propuesta por la presidenta electa?

- Creo que se ha informado de los ordenamientos centrales de la reforma y en ese sentido, uno puede formarse un juicio de sus propósitos y consecuencias y en mi caso, ese juicio es desfavorable. Adicionalmente, hay una crítica a que varios de los importantes detalles de la propuesta han sido presentados de manera muy ambigua y eso agrega incertidumbre.

- ¿A qué atribuye esa ambigüedad?

- Me parece una propuesta más bien hecha desde una perspectiva académica y los temas tributarios son sumamente complejos en sus detalles y en este caso, la forma en la que se ha presentado, lo pasa por alto. En consecuencia, cuando llegue el momento de hacer la carpintería de las leyes, creo que van a encontrarse con problemas.

- A su juicio, ¿qué es lo más complejo de la reforma?

- La propuesta del término del FUT, creo que es un instrumento apropiado para estimular el ahorro empresarial, la inversión y el emprendimiento. El FUT ha jugado un rol positivo en el pasado y creo que en eso están todos de acuerdo, incluso los que postulan que ahora no sería necesario. Tenemos una tasa de inversión que es insuficiente para crecer al 5% o al 6%. Para aumentar esta tasa vamos a necesitar ahorro y eso debe generarlo Chile porque el ahorro externo ya está tomado. Creo que no es en absoluto válido este argumento de que ya el FUT no sería necesario, hay complejidades técnicas sobre cómo se administran las propuestas que están haciendo que las utilidades de las empresas se incorporen a la renta personal de sus accionistas y entren en carácter devengado sobre esas rentas aunque todavía el accionista no haya recibido un peso de dividendo. Esta propuesta es sumamente compleja de administrar, no existe en ninguna parte del mundo y es un cambio mayor en la estructura tributaria y muy discutible si esta es necesaria para recaudar más.

- Pero también se propone una depreciación instantánea...

- Esa es una propuesta interesante, de hecho en el programa Tantauco estaba en una versión menos extrema, era simplemente hacer más acelerada la depreciación. Eso crea un beneficio significativo para las empresas que invierten en capital fijo, pero es una propuesta que, en mi opinión, es inferior en su impacto sobre el ahorro e inversión, comparado con el trabajo del FUT. Puede ser más conveniente para las empresas que tienen proyectos de inversión, incentivos fijos, pero tiene el defecto que no cubre otras inversiones que no son activo fijo que el FUT si que ayuda para eso y no permite que el que goce del beneficio sea una empresa distinta a la que generó una renta tributable, que el FUT sí lo permite (...) La fórmula de la depreciación instantánea es más concentradora y eso creo que es un defecto pero es una atenuante y en consecuencia, sería importante ver cuánto le implica al Fisco un desembolso de recursos bastante significativo y que tiende a beneficiar a las empresas más grandes.

- ¿Considera que esta propuesta posee un componente ideológico?

- No creo que la Nueva Mayoría haya fundamentado estas propuestas con argumentos típicos de una programación fiscal, algo hablaron de la necesidad de reducir el déficit estructural del 1% al 0%, pero no creo que haya una urgencia ahora. Algo hablaron también de que estos recursos irían a financiar los programas de un mayor gasto en educación, pero tampoco han especificado cuánto son esos gastos, cómo se calendarizan en el tiempo y hasta qué punto exigen un aumento de impuesto. En cambio, sí creo que hay dos objetivos políticos: moverse hacia un modelo de Estado de bienestar social al estilo europeo y la percepción de que éste sería un mecanismo para hacer al sistema tributario más progresivo: que los que tengan más, paguen más.

- ¿No le parece ese objetivo?

- El sistema tributario chileno tiende a ser totalmente proporcional, o sea, los que tienen o ganan más, pagan más. Pero en el mismo porcentaje que los otros y lo que se estaría buscando hoy es que se pague aún más que ese porcentaje, su carga tributaria promedio aumente a medida que aumente su ingreso. Mirando todos los impuestos, el sistema nuestro tiende a ser más proporcional y a hacer descansar la progresividad en el hecho de que esos recursos se utilicen mayoritariamente a través del gasto social para beneficiar a sectores más vulnerables. Yo diría que lo que está detrás de la propuesta de la Nueva Mayoría es que los impuestos sean más progresivos y que los gastos sociales sean más parejos.

- ¿Qué le parece el actual sistema tributario?

- En general, es bastante proporcional y a mí eso no me parece una mala fórmula porque los impuestos más progresivos tienen una ventaja en el sentido que hacen pagar más a los que pueden pagar, pero eso, a su vez, tiene un defecto que los desalienta en el emprendimiento, la inversión, la productividad y el trabajo. Soy un convencido de que Chile debe generar emprendimiento si quiere crecer de una manera próspera y tiene que estar dispuesto a que aquellos que emprenden y tienen buenos resultados, se lleven un buen premio con eso. Entonces, la progresividad tributaria atenta contra eso. En cuanto al FUT lo que se ha planteado es que habría una inequidad por cuanto permitiría que ciertos retiros por parte de dueños de sociedad desde inversiones específicamente, que en el fondo son rentas para ellos y que se disfrazan de gastos y es sabido, entonces no quedarían sujetos a la tributación personal. De ser efectivo eso, son casos de filtraciones y si las hay se deben revisar las soldaduras y hacer las reparaciones del caso, más que pensar en un sistema diferente (...) Esto no me lleva a pensar que será mejor la propuesta que están haciendo, porque evite esas filtraciones en la medida que el impuesto a las empresas suba al 25% si se aplica este concepto de devengado para la persona hay muchos más estímulos de los que hay hoy para disfrazar de gastos lo que son consumos personales. Si uno mete gastos, toda la sociedad va a ahorrarse ese 25% de impuestos. Además, la probabilidad de que la depreciación instantánea infle los activos fijos para maximizarse beneficio también está.

- ¿Entonces para Ud. la propuesta afecta a las PYME y a las inversiones?

- Pienso que efectivamente, la propuesta daña la capacidad de ahorro de las empresas, la inversión y eso es negativo especialmente para las PYME, porque las grandes empresas suplen parte de esto con su acceso al endeudamiento. Todo sistema donde los impuestos son pagados sobre las utilidades, el capital, son más altos, hay una tendencia a endeudar a las empresas, es una manera de compensar la carga tributaria.

- ¿Qué opina de la educación gratuita para todos y de calidad?

- La educación nunca es gratuita, tiene un costo. Se está hablando de que este sea absorbido por el Estado, el resto de la sociedad y que el estudiante o su familia asuman como costo el hecho de que el estudiante cuando está en la Universidad o en un Instituto Profesional, no está trabajando. En vez de poner el énfasis en el subsidio universal lo pondría en hacer viable a las familias vulnerables el que uno o más de sus hijos asista a la educación superior, subsidiándole la educación y la manutención mientras están estudiando. En los sectores medios y altos lo más importante es un buen sistema de créditos.

- ¿Qué espera del próximo gobierno?
- Para Chile y en general, para nosotros, lo más deseable es que al gobierno le vaya bien y para eso se debe intentar encontrar caminos de consenso. Es cierto que en los dos temas más importantes, reforma tributaria y educación, tendría los votos y en teoría no necesitaría de estos acuerdos, sin embargo, la sociedad es mucho más amplia de lo que está representado en el Congreso y lograr que las decisiones se adopten con grados razonables de acuerdo hace que la asimilación de esas reformas sea menos compleja. Esto tiene la dificultad de que la forma como fueron presentadas estas reformas en campaña, alientan expectativas muy fuertes, avivan demandas de cambios radicales en la vana esperanza de que esos cambios mejoren sustancialmente la vida de la gente.

- En materia constitucional, algunos señalan que de no haber acuerdos es factible una Asamblea Constituyente...

- La elaboración de una nueva Constitución a través por ejemplo, de una Asamblea Constituyente, plebiscito, requiere de los 2/3, entonces ahí efectivamente no hay manera de avanzar por la vía institucional sin un acuerdo antes. Será el nuevo gobierno quien definirá si quiere insistir en esta vía para lo cual tendrá que negociar con la oposición los mecanismos de acuerdo necesarios que pueden ser relativos al texto mismo constitucional, qué se esté proponiendo relativo a los mecanismos de aprobación de ese texto o relativo a otros aspectos de las políticas del gobierno. Alternativamente, cabe la opción que persigan más bien reformas específicas a la actual Constitución, que puede al final denominarse nueva Constitución si quieren, pero que sean reformas que se puedan hacer con las mayorías actuales en algunos casos y en otros con ciertas negociaciones como temas que cabrían ahí. En general, es sumamente peligroso hacer una campaña política en base a un cambio constitucional.

- ¿Por qué es peligroso?

- Porque alienta la percepción de que a través de la Constitución se van a poder satisfacer necesidades sociales, demandas muy validas, muy legítimas, pero la Constitución no es el instrumento para satisfacerlas. Este camino por el cual se dejó llevar la Concertación fue muy eficiente del punto de vista electoral, pero muy peligroso desde el punto de vista de la futura gobernabilidad.

- ¿Y qué espera de la oposición?

- Algo esperable después de una derrota electoral importante como la que sufrió la Alianza, obliga a repensar la estrategia. Hay una opción que creo está un poco en el aire que es recordar que durante los últimos 10 años, la Alianza contribuyó a los gobiernos de la Concertación, se tuvo más éxito cuando de alguna manera fue co-legisladora. Hay una opción que es buscar mecanismos para fortalecer esa opción y con propuestas nuevas que atenúen o mejoren los proyectos que pueda presentar el nuevo gobierno. Esa es una línea de acción válida, pero a diferencia de lo que ocurría en el pasado, la mayoría parlamentaria de la centro derecha es insuficiente para tener una capacidad negociadora significativa en la gran mayoría de los temas y hay que tener más claridad en esta oportunidad, en que todas estas propuestas que se hagan tienen que inscribirse en lo que corresponde a un programa alternativo de la centro derecha con miras a reconquistar a los votantes, ya sea en la próxima elección o más adelante.

- En el Congreso ya no estarán los liderazgos del pasado, ¿quienes deberán asumir ese rol?

- Estamos en una fase muy inicial. Mientras más liderazgos haya mejor, no solamente de los dos

partidos, sino que de terceros partidos o movimientos que están empezando a proliferar, es muy sano y que compitan en forma caballerosa, privilegiando la unidad pero sin dejar de plantear las diferencias que hayan a través de ese proceso.

- ¿Le parece que las ideas han sido planteadas en forma caballerosa en la Alianza?

- Siempre se puede objetar la tonalidad con la que se plantean los argumentos pero en general, lo que he apreciado tanto a nivel de RN como de la UDI, es una discusión en base a argumentos, a veces algunos plantean que hay descalificaciones personales o rencillas personales, pero la vida y las personas son complejas. Lo que he observado es que la futura oposición ha iniciado lo que tiene que ser un camino que va a ser largo de auto análisis, de revisión, de qué es lo que hizo bien y mal durante el gobierno y la campaña, para extraer las lecciones para reorganizarse.

- ¿Ha visto avances en la Agenda de Impulso Competitivo que Ud. lideró?

- Ahí queda una deuda pendiente importante. El gobierno hizo un trabajo de barrido de los cambios necesarios para hacer de Chile un país más competitivo. Se trabajó en conjunto con el sector privado, se identificaron las medidas, en un primer lugar fueron 50, después se agregaron 10 y después se creó la Agenda Pro Inversión que es semejante. Ese trabajo lo valoro y lo celebro, sin embargo, el paso siguiente, que es la tramitación de esos proyectos ha sido sumamente lento, débil en el apoyo tanto del Presidente de la República, como de los ministros. De alguna u otra manera esta agenda se abandonó, desde el momento en que se definió a nivel comunicacional que todas las políticas están implementadas, entendiendo por implementadas el envío del proyecto de ley al Congreso. Para mí eso no es implementar, es simplemente un cumplimiento por secretaría.

- ¿Cuánto afecta este abandono?

- Afecta porque al final este gobierno, que empezó con tan buenos resultados económicos, no termina con tan buenos resultados. Un crecimiento de 4% el año pasado, 3% el cuarto trimestre, la inversión no pasó del 24% del PIB, cuando se pensaba que iba a llegar a 28%, la productividad algo repuntó pero débilmente y eso es explicable porque mucha de estas medidas no alcanzaron a implementarse. La buena noticia es que el desempleo se mantuvo bajo pero ya no está al ritmo de los 200 mil empleos que se hablaba sino que en 150 mil, aquí hay una tendencia, un peso que se fue haciendo sentir de a poco sobre la economía que me deja bien decepcionado.

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