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NUEVA MARCHA DE LA CONFECH: CONSIGNAS VERSUS REALIDAD

Nuevamente los estudiantes de educación superior agrupados en CONFECH, junto con los estudiantes secundarios organizados en CONES y ACES, se movilizan bajo la consigna de “cambiar la educación del país”. Los dirigentes han señalado que “el Gobierno puede presentar 20 propuestas y a las 20 les diremos que no”, y que “la propuesta de financiamiento estudiantil para educación superior del Gobierno va en la dirección contraria, pues agudiza la segregación del sistema”.

Según María Paz Arzola, Investigadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo, estas palabras no hacen más que seguir confirmando la nula voluntad por lograr que se lleven a cabo mejoras en educación, pues se han dado respuestas concretas a sus demandas, y peor aún, muestran un desconocimiento y una falta de entendimiento de las propuestas.

Por ejemplo, explica la investigadora, en cuanto al financiamiento de educación superior, el Gobierno dio a conocer en qué se basará el proyecto de ley que establece un nuevo sistema de financiamiento estudiantil, próximo a ser enviado. Se propone crear un sistema único de créditos para alumnos hasta el noveno decil, que escojan cualquier institución (CRUCH o no CRUCH), con tasa de interés del 2%, y cuyo pago sea contingente al ingreso (y con un número máximo de cuotas). Éste sería administrado por una Agencia Pública y los fondos serían gestados por el Estado, sacando así a los bancos del sistema.

Según la economista, lo que se pretende con esto es, por un lado, terminar con la discriminación hacia estudiantes de instituciones fuera del CRUCH, pues se igualan las condiciones que antes dependían del tipo de institución más que de las características del alumno. Y por otro lado, es una forma de perfeccionar el mecanismo, abaratando los costos y creando en cierta forma un seguro, para que aquéllos egresados que no logran el ingreso que esperaban, reciban en primera instancia más ayuda estatales e incluso puedan ver sus deudas condonadas. Esta propuesta no dista mucho de la presentada por la FEUC en el Congreso durante el mes pasado, la que consistía en un sistema de pagos que sean devueltos por los egresados una vez que se empleen a través de un impuesto proporcional al ingreso. Esto es equivalente a un crédito que es devuelto de manera contingente al ingreso, que es en resumidas cuentas lo que propuso el Gobierno.

Y no sólo esto, porque las becas también aumentaron notoriamente en el último Presupuesto. Y lo hicieron de manera de hacer el sistema más equitativo, pues aumentaron los beneficios para estudiantes de instituciones que históricamente han quedado relegadas a un segundo plano, como son los centros de formación técnica e institutos profesionales, que paradojalmente son los que concentran la mayor proporción de estudiantes necesitados de ayudas.

En cuanto al mejoramiento de la calidad de la educación, dice María Paz Arzola, la idea de entregar recursos basales sin que estén sujetos al cumplimiento de estándares por parte de las instituciones, es posiblemente una de las peores medidas que podrían tomarse. Sin importar qué tipo de institución sea, los recursos deben justificarse, pues sólo así hay seguridad de que estos están siendo bien usados. Por este motivo, pedir aportes basales, o dineros sin rendición de cuentas es una mala política que el Gobierno no debiera acoger. En este sentido, lo que se ha planteado desde el Ministerio de Educación, es en primer lugar, entregar los dineros contra cumplimiento de metas de desempeño. Además, estudia la idea de recalcular los aranceles de referencia, ligándolos a variables sobre resultados de los egresados. Con esto se consigue un indicador aproximado de cuánto debe estar dispuesto el alumno a pagar por estudiar una determinada carrera en una institución específica, y por lo tanto obliga a las instituciones a no alejarse de estos parámetros si quiere recibir alumnos. Esta información permite además que el postulante sepa qué esperar de cada carrera y no se vea sorprendido por una baja empleabilidad o un bajo ingreso una vez que egrese.

Por último, un aspecto clave para mejorar la calidad en educación escolar, ha sido el proyecto de ley que crea una carrera docente, el que actualmente se discute en el Congreso. Entre otras cosas, se propone subir las remuneraciones de los profesores del sector público, y ligarlas al desempeño tanto en una certificación de conocimientos llevada a cabo por el Ministerio de Educación, como por una evaluación desde el mismo establecimiento, en que se puede conocer realmente cuáles son los buenos docentes en las aulas. Sin duda la formación docente es clave, y un proyecto como éste apunta a atraer y retener a buenos profesionales en el sistema.

Negar iniciativas como las que se han mencionado es no entender de qué formas se mejoran los sistemas educativos en el mundo, o simplemente no querer escuchar, porque posiblemente el tema para muchos de los que marchan no tiene a estas alturas nada que ver con educar.

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