A continuación reproducimos la carta enviada a El Mercurio por José Francisco García, Coordinador de Políticas Públicas de LyD y Rodrigo Delaveau, Director del Programa Legislativo, a raíz del cambio de Gabinete y de las críticas al sistema de reemplazo de parlamentarios.
La conversación pública en torno a nuestro sistema democrático debe ser lo más amplia y robusta posible, pero dentro de límites mínimos de consistencia y fair play republicano. Las críticas que se han efectuado en torno a los “enroques” y las “sillas musicales” han cruzado dicha frontera. Particularmente grave es aquella respecto a la posibilidad de llamar a integrar parlamentarios al gabinete. Se trata de una herramienta constitucional, aprobada de manera transversal y unánime por todos los parlamentarios en la reforma de 2005. Así, cuando la Concertación inauguró este sistema, un grupo de constitucionalistas presentaron un requerimiento ante el Tribunal Constitucional (TC) para que se pronunciara al respecto, el llamado “Caso Tohá”. El TC le dio la razón a la Presidenta Bachelet.
Bajo este contexto, más que estar criticando el uso de una herramienta que es a todas luces constitucional –pero que presenta evidentes falencias desde la perspectiva de la representatividad democrática y de la coherencia con el régimen presidencial– debiesen estar redactando una reforma constitucional que no permita incorporar parlamentarios al Gobierno, tal como sucedía antes de 2005, la cual -estamos seguros- encontrará un amplio consenso en toda la gama del espectro político.
