La Concertación anunció  esta semana su Agenda Social sin Letra Chica, que en términos generales, propone que las medidas impulsadas por el gobierno sean aún más generosas para sus beneficiarios. Plantean una dinámica, similar a la de una subasta, en la que gana el que ofrece más dinero y más derechos. Las ofertas parecen atractivas tanto para el que las hace como para los eventuales beneficiarios, pero que ocultan costos que sabemos son demasiado altos.

Al respecto, Rodrigo Troncoso, coordinador del Programa Social de LyD, asegura que es preocupante la tendencia a proponer como beneficiarios de las ayudas del Estado al 60% de la población más pobre. Al parecer, se le quiere sacar mayor provecho electoral a la política social, haciendo a más personas dependientes del Estado, atentando contra la libertad y dignidad de las personas. El otro 40% que financia todo esto, no son ricos precisamente. La mayoría tiene niveles de vida similares a los de las familias que viven alrededor de las líneas de pobreza en países desarrollados.

Los países ricos tienen cerca de tres veces el ingreso actual de Chile. La redistribución masiva de ingresos en desmedro de la esforzada clase media emergente, no es consistente con el objetivo de llegar a ser como los países desarrollados. La única forma de lograr un nivel de vida elevado para la mayor parte de la población es produciendo mucho más que ahora. Esto requiere más trabajo, más productividad y más emprendimiento. Cualquier otro camino tiene letra chica.