"Pablo fue una buena persona, inteligente, querido por todos. Recordándolo, no puedo dejar de preguntarme ¿qué habría dicho Pablo en estas circunstancias? Él era un gran conversador, tenía la capacidad, escasa en Chile, de valorar todas las opiniones y de no utilizar argumentos de autoridad. A diferencia de tantos que predican y aconsejan como si lo supieran todo, su actitud habría sido la de un hombre respetuoso que escucha las opiniones de los demás, muy consciente de las limitaciones del conocimiento propio y, en consecuencia, sus apreciaciones habrían estado muy lejos de todo tipo de extremos y fanatismos.

Contribuyó de manera decisiva con sus acciones a que Chile tuviera mejor democracia, más progreso y disminuyera de manera importante la pobreza. En estos tiempos en que la evidencia del progreso que ha tenido el país en todo orden de cosas es negada por razones de mezquindad política, estoy seguro que habría estado empujando en la primera línea, a través de su columna en La Segunda, entrevistas y discursos, la vuelta a la racionalidad necesaria para vivir en paz y progresar".

Álvaro Vial Gaete