Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

El por qué de la reforma a las pensiones

El Libero

En un seminario de la Federación Internacional de Administradoras de Pensiones, el economista Augusto Iglesias expuso sobre la reforma al sistema de pensiones chileno. Antes de referirse a los cambios que el gobierno del Presidente Piñera pretende introducir, se refirió a dos cuestiones. En primer lugar, detalló algunos de los principales logros del sistema a casi cuarenta años de su creación. Luego, se explayó acerca de las razones que hacían necesaria una reforma importante.

En relación a los logros señaló uno que pocas veces se destaca que es su alta cobertura poblacional en comparación a otros países, especialmente en la región. Hoy día la relación entre cotizantes y trabajadores empleados es de 66,3% y la relación entre pensionados y personas mayores de 60 años alcanza a un 77%. Enseguida mencionó la significativa baja en la pobreza de ingresos de los adultos mayores, desde el 23% el año 2006 a sólo 4,5% el 2017, atribuyéndolo en buena parte a la reforma del año 2008 que formalizó el pilar solidario. Señaló no obstante que la pobreza multidimensional o vulnerabilidad es mucho mayor en este grupo, superando el 20%. Se refirió luego a la alta rentabilidad de los fondos de pensiones que ha alcanzado a un 8,1% promedio real anual desde el año 1981, lo que es un valor excepcional para el riesgo asumido. También destacó la seguridad de los fondos. Enseguida, señaló que la reforma de 1980 había logrado reducir significativamente el déficit del antiguo sistema de pensiones lo que hace que Chile sea uno de los países menos expuestos a crisis en esta materia.

A continuación, se refirió al aporte que el sistema ha hecho al desarrollo económico del país, aludiendo a estudios que calculan que entre el 8,6% y el 14,4% del crecimiento económico de Chile desde 1981 hasta el 2011 se explica por la reforma de pensiones. Para terminar, mencionó tres rankings internacionales que ordenan los sistemas de pensiones de mejor a peor: el Melbourne Mercier que mide Suficiencia, Sustentabilidad e Integridad nos da el lugar 8 entre 34 países; el Allianz nos sitúa en el lugar 9 entre 54 países y el del CSIS nos ubica terceros en sustentabilidad fiscal y octavos en “Adecuación de Ingresos” entre 20 países.

¿Por qué entonces el sistema requiere una reforma? Iglesias concluye que es necesario para mejorar las pensiones en curso y las futuras, dado que los actuales pensionados sienten que se han quedado atrás en muchos de los progresos de los últimos años, que los beneficios del pilar solidario no impiden que se caiga en la pobreza, que la clase media y las mujeres no tienen asegurada la pensión “esperada” aunque coticen regularmente. Todo esto ocurre por las mayores expectativas de vida en nuestro país que obligan a que los ahorros se repartan en muchos más años, porque se esperan rentabilidades menores en el futuro, por la baja densidad de las cotizaciones, por remuneraciones que no son imponibles y porque el aumento de los salarios reales ha hecho que el sueldo antes de jubilar (que fija las expectativas) sea mucho mayor al salario promedio sobre el cual se cotizó. En síntesis, hay una brecha entre expectativas y nivel de las pensiones que alimenta críticas al sistema y a las AFP, de modo que hay que hacer reformas para dar estabilidad política al sistema.

Así las cosas, los cinco focos de la reforma son: 1) mejores beneficios del pilar solidario a 1,6 millones de pensionados desde la aprobación de la ley; 2) Incremento especial para la clase media y mujeres favoreciendo a otros 460.000 pensionados desde el segundo año de vigencia; 3) protección económica para adultos mayores con dependencia severa favoreciendo gradualmente a 135.000 pensionados; 4) mayores pensiones de vejez para futuros pensionados que hoy tienen menos de 50 años y que alcanzan a 4,3 millones de personas lo que se logrará principalmente por aumento gradual de 4 puntos en la tasa de cotización; y 5) más competencia, información y educación previsional.

Para terminar, Augusto Iglesias se refirió a algunas críticas. A quienes dicen que es insuficiente les recuerda que es la reforma más importante en 40 años y que aumenta en 40% los beneficios del pilar solidario. A los que alegan que los cambios serán lentos responde que para 1,6 millones de personas los beneficios serán inmediatos y la gradualidad en los demás cambios es para no afectar el empleo por el efecto de aumentos en las tasas de cotización. A quienes encuentran complejo o sin suficiente presencia estatal el modelo de administración propuesto para el 4% adicional les recuerda que los afiliados tendrán la posibilidad de optar. Por último, a la crítica más recurrente desde la oposición, que sería la falta de solidaridad, responde categórico que sí hay solidaridad a través del pilar solidario y seguros y que ésta no es sinónimo de reparto. De hecho, el reparto es más regresivo porque las personas de más ingresos viven más años, financiados por los más pobres que viven menos y adicionalmente los más ricos también aportan una proporción menor de sus ingresos que los más pobres, que provienen casi exclusivamente del sueldo.

En resumen, la reforma se hace cargo de los principales problemas del sistema y aunque es perfectible no es posible en el corto plazo responder a todas las aspiraciones que hay. Lo importante es que se perciba que las pensiones, tanto las actuales como las futuras, mejorarán con esta reforma. Mañana la Cámara de Diputados decidirá si aprueba la idea de legislar, sería una enorme irresponsabilidad no hacerlo.

Columna de Luis Larraín, Director Ejecutivo de LyD, publicada en El Líbero.-

Tags:

otras publicaciones

La Tercera

La Tercera