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Entrevista a Carlos F. Cáceres en Diario Financiero: «Chile ha tenido estabilidad institucional como base principal para progresar»

Desde su visión como economista, empresario, político y académico, Carlos Cáceres ha sido un testigo privilegiado de los cambios experimentados por Chile en los últimos 30 años y con esa visión analiza los avances en el ámbito institucional, económico y social, junto con comentar el momento actual del país y los desafíos para alcanzar el desarrollo.

-¿Cómo ha cambiado Chile en estos 30 años? 

-Chile tuvo un cambio fundamental en la década de los ‘70. No cabe duda de que el pronunciamiento militar de 1973 significó un hito importante en la estructura del país, tanto en lo que se refiere a la parte política como también a la parte económica. En ese tiempo se establecen las bases de lo que iba a ser el desarrollo de Chile en los próximos periodos y, por lo tanto, hay un punto de partida, que no es en el año 1988, sino que el año 1973, que da curso a una nueva estrategia política y económica.

Los cambios fundamentales están radicados en la parte política, que se consolidó durante el gobierno militar en un proceso con una nueva Constitución política del Estado, alimentada por la existencia de los partidos políticos que tienen la responsabilidad de la conducción de la democracia. Con un sistema político con un fuerte poder presidencial, pero simultáneamente de alguna manera limitado con otras entidades que forman parte de la institucionalidad del país como es el Congreso, la Contraloría, el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y el Banco Central autónomo. Esta modificación importante que se hizo en el país ha permanecido a lo largo del tiempo y ha ilustrado la estabilidad institucional que es una de las características principales en estos últimos 30 años.

-¿Y en lo económico? 

-En la parte económica no hay duda de que el cambio ha sido sustantivo de una economía cerrada a la competencia internacional, una economía que no tenía preocupación alguna por lo que llamábamos los equilibrios macroeconómicos, ha pasado a ser una economía manejada desde el punto de vista de la racionalidad económica.

Si uno piensa desde 1988 a 2018, quizás un cambio significativo que se aprecia es la capacidad empresarial. No hay duda que es un hito importante que las condiciones que se establecieron en la década de los ‘70 en Chile abrieron un espacio de creatividad, de emprendimiento, que probablemente puede ser una característica de mayor importancia, porque ha abierto el país a nuevas iniciativas. La estructura productiva del país ha cambiado desde el punto de vista de la gente, que es el recurso más importante para el desarrollo. Ahí también se ha generado un cambio significativo por la cantidad de gente que ha tenido acceso a la educación superior y eso es un recurso humano que se siente más calificado y tiene un proceso educacional que ha mejorado su capacidad de generación de ingresos y por lo mismo se ha empoderado en estos 30 años.

-¿Cuál ha sido la clave en esta transformación del país? 

-La estabilidad institucional, ese es el elemento principal. Los países progresan cuando hay reglas del juego que se mantienen a lo largo del tiempo y que permiten a la gente que toma decisiones mirar en un horizonte largo de tiempo sabiendo que no se van a generar cambios sustantivos, que no van a alterar ese proceso de inversión.

-Y en el Chile de hoy, ¿cuáles son las preocupaciones del sector privado? 

-Si uno analiza el año pasado comparado con hoy, uno ve un país que está con expectativas. El año pasado en pleno proceso electoral había incertidumbre de qué pudiera significar, desde el punto de vista de la institucionalidad nacional, la elección de un nuevo gobierno y hoy ya tenemos presidente en ejercicio, programa de gobierno en curso y no cabe duda de que esta sensación de estabilidad está presente en la toma de decisiones. El daño que causó el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, probablemente no estaba contemplado.

La generación de nuevas legislaciones significaron leyes de amarre que estamos viendo que es extremadamente difícil modificarlas, lo vemos ahora en la reforma tributaria, en la laboral y en la reforma a la previsión. Haber intentado configurar una nueva estructura social fue el gran propósito del gobierno de la presidenta Bachelet, aumentando el tamaño del Estado, pero generando un cercenamiento de las libertades personales. Es un daño que evidentemente ha significado un punto importante para el inicio del gobierno del presidente Piñera. Otro elemento a destacar es la presencia de un nuevo movimiento político como el Frente Amplio, que surge como un nuevo hecho político. Eso genera un partido que reniega de muchas cosas que se han hecho, pero no hay una proposición formal de las cosas que ellos quieren hacer. También incide que Piñera no tenga mayoría en el Parlamento, lo que obliga a un proceso de negociación que demora los proyectos.

-¿Cómo proyecta a Chile en 30 años más? 

-Quiero ser optimista y pensar que el país tiene las condiciones, el recurso humano y los recursos naturales como para seguir adelante. Ojalá ese sea el camino que permita que el país sea desarrollado mucho antes que en 30 años más.


Su visión de Jair Bolsonaro y Donald Trump

-¿Qué lectura hace de la elección de Jair Bolsonaro en Brasil? 

-Es una reacción a un periodo de gobierno que tuvo Brasil con Lula y Dilma, es una respuesta a tres hechos: la corrupción, la inseguridad y el debilitamiento de la economía brasileña. Esta combinación de factores en donde en el fondo hay una responsabilidad del sector político en lo que ha ocurrido en Brasil, ha significado una votación extraordinaria para Bolsonaro y uno lo que tiene que hacer es desearle éxito. Tiene una tarea compleja, lo han calificado de fascista y nacionalista, pero cuando tenga que encarar su tarea de gobierno esperemos que vaya en la dirección de generar las condiciones para que Brasil vuelva a ser una gran potencia.

-¿Y sobre Trump y el proteccionismo? 

-Esta posición nacionalista que puede tener es un posicionamiento frente a quién va a ser la gran potencia mundial en los próximos 30 años y ahí las alternativas son China y EEUU. La postura de Trump es cómo fortalece -a su juicio- todo el proceso norteamericano para hacer frente a esta estrella que viene tomando una fortaleza cada día más importante en el contexto de la política y la economía mundial. Hay que mirarlo en esa perspectiva. Este proteccionismo es un proceso de empobrecimiento para casi todas las economías del mundo.

 

Fuente: Diario Financiero.-

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