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Índice de Competitividad Global: Chile lidera a nivel latinoamericano

El Foro Económico Mundial (World Economic Forum, WEF) publicó esta semana el Reporte de Competitividad Global 2018, mostrando que Chile ocupa la posición Nº33 del ranking mundial dado su alto índice de competitividad. En el informe utiliza una nueva metodología de medición desde 2018, que, al aplicarla para los datos de 2017, Chile subió un puesto con respecto al año anterior.

El índice de este año se enfoca en medir los impactos y la capacidad de adaptación de los países a la cuarta revolución industrial. El informe puntualiza que esta revolución (comprendida como el cambio en el paradigma de producción hacia procesos que integran las tecnologías digitales, físicas y biológicas), está impactando en las economías y sociedades por medio de la redefinición de la manera en que trabajamos, vivimos e interactuamos unos con otros, ofreciendo grandes oportunidades de desarrollo. Por ello, su metodología identifica la creciente importancia de factores como el capital humano, la agilidad, resiliencia, apertura e innovación de las economías.

En línea con lo anterior, compara 140 países sobre 98 indicadores, organizados en 12 pilares de productividad, con la finalidad de determinar qué tan cerca está cada economía del estado ideal o de la “frontera” de competitividad.

El ranking es encabezado por Estados Unidos (85,6 puntos), seguido por Singapur (83,5), Alemania (82,8), Suiza (82,6) y Japón (82,5), países considerados como “los más cercanos a la frontera de la competitividad” según el reporte. Por el contrario, Haití (36,5), Yemen (36,4) y Chad (35,5) son las economías menos competitivas a nivel mundial.

Chile se ubica en el lugar Nº33 del ranking (70,3 puntos), muy por sobre el resto de Latinoamérica (le siguen México, Nº46 y Uruguay, Nº53), y un puesto más arriba que en 2017. Nuestro país se distingue por su alto desempeño en diversas áreas. En primer lugar, en Estabilidad Macroeconómica, criterio bajo el cual comparte la posición Nº1 del ranking junto a otros 30 países, obteniendo el puntaje máximo (100) en sus dos criterios de medición: Inflación (variación porcentual anual) y cambios en la deuda pública (medido como el cambio en la relación entre el nivel de deuda y el PIB, entre 2015-2016 y entre 2017-2018). También destaca en las áreas de Mercado de productos (distorsione a la competencia vía impuestos o subsidios, competición en servicios, apertura al intercambio, entre otros criterios), con el lugar Nº13 (68,2 puntos) y en Sistema Financiero (créditos al sector privado, capitalizaciones de mercado, entre otros), donde ocupa el lugar Nº20 (80,3 puntos).

 

El informe puntualiza que la debilidad institucional y los sistemas financieros continúan siendo una fuente de flaqueza para la competitividad de las economías. La primera, por la falta de seguridad, derechos de propiedad y transparencia en el sector público, mientras que la segunda afecta a la competitividad vía debilidad financiera y falta de robustez bancaria.

"Con todo, se destaca que las economías deben invertir en medidas de competitividad hoy para sostener el crecimiento del futuro", señala Stefano Bruzzo, investigador del Programa Económico de Libertad y Desarrollo. Los resultados del índice muestran una alta correlación entre competitividad y nivel de ingresos, a lo que se suma que incentivar las medidas de competitividad mejoraría la resiliencia ante shocks futuros, particularmente en un contexto de volatilidad económica por los cambios tecnológicos y tensiones geopolíticas a nivel mundial. "Chile parece estar a un correcto nivel de competitividad, pero con un amplio terreno sobre el cual avanzar, especialmente en materias de innovación y adopción de tecnologías, en miras de sustentar un futuro con mayor crecimiento y estabilidad ante cambios externos", indica Bruzzo.

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