Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Otra mirada

El Mercurio

Chile debería atender a las capacidades internacionales de los candidatos presidenciales. Es, de toda la región, el más dependiente de la globalización.

Los electores deben valorizar la experiencia y reconocimiento internacional de los candidatos. También sus afinidades con las tendencias mundiales y con otros mandatarios de América Latina, prioridad de la diplomacia chilena.

Como si no importara quién sea elegido, la gestión exterior no ha sido objeto de los debates presidenciales.

Es otro mundo al prevaleciente el 2010: en América Latina predominan ahora gobiernos moderados y de centroderecha. Es la reacción a los fracasos de la ultraizquierda (Chávez y Maduro), a la dictadura castrista y al descalabro provocado por la demagogia, la ineptitud y la corrupción de los populismos (Correa, Lula, Rousseff y los Kirchner).

De allí surgen Macri, Kuczynski y, como mal menor, Temer en Brasil. El gobierno de Tabaré Vázquez tampoco es el de José Mujica y ni el de Moreno es lo mismo que el de Correa. Los países prefieren presidentes con menos épica y más capacitados para superar los magros legados de sus predecesores.

ALBA, alianza promovida por la extrema izquierda, influyente a comienzos de esta década, ha perdido gravitación. Venezuela, su creador, no tiene legitimidad ni recursos para comprar adhesiones.

El método de Lula y de su PT, corruptor de las campañas políticas mediante las empresas asociadas al Estado (Odebrecht, Petrobras, OAS y muchas otras), es motivo de investigaciones penales, con presidentes, vicepresidentes, ministros y candidatos procesados en varios países de la región.

Celac y Unasur, creados para reinsertar a Cuba, están paralizados. Todo lo contrario a la Alianza del Pacífico, que reinserta a México con Sudamérica y se contrapone al moribundo Pacto Andino y al más proteccionista Mercosur.

Morales y Maduro, desgastados y desprestigiados, seguirán siendo un inconveniente para la integración latinoamericana, pero aislados de la mayoría de los países importantes del continente.

Con Trump, molestia para todo el mundo, deberíamos pasar desapercibidos: con Estados Unidos tenemos un TLC con una balanza comercial que les es favorable, y esa es su principal preocupación.

En la Unión Europea, los partidos más afines a la izquierda chilena están también en franca declinación. Fuera del poder en la mayoría de los Estados más grandes. El socialismo y la socialdemocracia han sido ampliamente derrotados en las últimas elecciones europeas.

El nuevo potencial de las relaciones exteriores con gobiernos moderados no es para inexpertos, ni para desconocedores o desconocidos de la política internacional. Objetivamente, tanto en este como en otros campos, Sebastián Piñera parece ser el más calificado de todos los candidatos.

Son tiempos promisorios y favorables para que el ex mandatario aproveche su experiencia internacional y el profesionalismo de nuestro servicio exterior.

 

Columna de Hernán Felipe Errázuriz, Consejero de Libertad y Desarrollo, publicada en El Mercurio.-

Tags:

otras publicaciones

El Mercurio

El Líbero