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Entrevista a Eugenio Guzmán: «Nos jugamos la elección por un camino de progreso, bienestar, paz y orden»

Con las elecciones parlamentarias y presidenciales ya entrando en tierra derecha, es bastante lo que se puede afirmar acerca del escenario en el cual nos moveremos. Una centroderecha en buen pie que debe reencantar al electorado y una Nueva Mayoría que se juega su continuidad son algunos de los temas que conversamos con Eugenio Guzmán, sociólogo y Decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo.

¿Cómo se debe conectar el debate actual de la derecha con el programa de gobierno y cuáles debieran ser los pilares?

Soy escéptico de fijar valores muy específicos en un programa de gobierno. Lo que uno tiene que garantizar son grandes visiones respecto de temas donde todos tenemos algo en común: el orden, el crecimiento económico o progreso - entendiendo tener buen empleo, poder acceder al ocio, a la salud, y una serie de aspectos más. Si vamos a decir que acá se va a excluir esto o aquello, es no entender a un grupo que tiene su fragmentación porque la sociedad moderna es fragmentada.

¿Qué sentido deben tener las primarias para la derecha?

La institución de las primarias nace en un sistema como EE.UU. donde no hay dos vueltas y tenían como sentido, precisamente, resolver disputas entre facciones de los partidos. En Chile optamos por el sistema de primarias, sin tener muy claro para qué hacerlas si hay primera vuelta, pero bueno, cuando se tienen coaliciones, puede ser un instrumento interesante y útil para resolver las diferencias y en ese sentido se justifican.

Ahora bien, el modo y circunstancias en que se hacen es lo relevante. Una sobreexposición del candidato más fuerte puede no ser buena. Dicho eso, también hay que entender que hoy en día la centroderecha tiene al frente a una coalición muy desordenada, muy fragmentada, con muchas amenazas externas del Frente Amplio, en donde Sánchez no va a llegar a ser MEO en el sentido que no va a llegar a tener tanta votación como la que tuvo él el 2009 en primera vuelta, pero sí hay muchos votos que en la primera vuelta se disgregan y entonces, desde ese punto de vista, hacer primarias puede ser una buena señal para la sociedad y el resto de los electores que con esto se reencantan con los partidos de centroderecha o con el proyecto de centroderecha.

Hoy se habla mucho de las presidenciales, pero ¿cómo debiera irle a la centroderecha en las parlamentarias?

Hay un trabajo que hemos estado haciendo con Miguel Ángel Fernández que demuestra que la presidencial en sistemas presidenciales, dependiendo del candidato, arrastra votos al parlamento. Cuando el candidato no es tan bueno, deteriora o no aporta votos suficientes. Ese efecto de arrastre se ha manifestado en diversas elecciones ya sea en dirección positiva como negativa. Uno esperaría que si Piñera - asumiendo que finalmente será el candidato- llega con buena votación en la primera vuelta, eso va a tener efectos en la parlamentaria, un efecto positivo. Sin embargo, el protocolo de acuerdo al cual se llegue será clave y ahí el tema serán los cupos,  si se va con una o dos listas, etc.

¿Se podría extrapolar el resultado de las municipales a las parlamentarias?

Se puede replicar en el sentido de los grandes números, pero hay acá ciertas particularidades como los candidatos incumbentes, el que se trata de aglomeraciones más grandes y en tercer lugar, el que la derecha tiene el desafío de salir a reencantar a sus votantes y la única forma de hacerlo es mostrar el carácter épico de esta campaña en el sentido que hoy nos jugamos, mucho más que en otras oportunidades, la elección por un camino de progreso, bienestar, paz y orden que se ha visto deteriorado en los últimos años versus el seguir por este camino algo opaco que ha sido inaugurado por la Nueva Mayoría.

¿Cuáles son los principales desafíos y riesgos que enfrenta la centroderecha en esta elección?

La lista parlamentaria única va a ser muy difícil por las aspiraciones de cada sector; lo que ocurra en la primaria; cómo se reencanta a los electores antiguos para que vayan a votar y la administración de la segunda vuelta, entre otros factores más, serán relevantes en esta elección. Además de otros, como la cantidad de recursos y el rol del actual Gobierno, que se transformó en el último tiempo en el principal enemigo de Piñera, el candidato más fuerte del sector.

De volver la centroderecha al poder, ¿cómo debe capitalizar ese éxito para seguir gobernando por cuatro años más?

Es difícil, porque no depende sólo de lo que se haga, sino de la forma cómo se interprete el escenario político. En el caso de Piñera y sus colaboradores, debiéramos esperar un aprendizaje, que pasa por tener cuidado con el exceso de expectativas, de promesas, de triunfalismo. Hay aprendizaje en términos de cómo funciona el Estado para no volver a cometer los mismos errores y de cómo funcionan los medios para monitorear qué es lo que hacen y por dónde van a surgir las críticas. Si se toman en cuentas estas cosas, uno podría esperar que el futuro gobierno pueda transferir el poder a otro candidato del sector. La pregunta es a quién, y eso es complicado... puede ser Felipe Kast, pero también en la fila hay varios más, algunos con más posibilidades que otros.

 

LA ENCRUCIJADA DE LA NUEVA MAYORÍA

¿Qué hay detrás de la candidatura de Carolina Goic? ¿Cree que realmente llegará a la primera vuelta?

Podría llegar, hay muchos escenarios, todo es factible. La pregunta es qué ocurrirá si el tema parlamentario no se resuelve. Evidentemente va a haber algún arreglo o entendimiento porque Goic no puede terminar su período con una debacle parlamentaria y por eso tiene todos los incentivos de lograr ordenar el partido entre progresistas y no progresistas, lo cual sería un logro importante, y lo segundo  es que su legado debe ser un partido que también obtiene representación parlamentaria y su moneda de cambio es ir a la primera vuelta, pero eso significaría que tiene que ser mucho más activa y superar el 10% de los votos y en ese sentido, apostar a que Sanchez tenga una alta votación y que el principal afectado sea Guiilier.

¿Hasta qué punto puede Guillier mantener una campaña de silencio? Si ya está consolidado como segundo tendrá que ser más proactivo para competir con Piñera...

Si uno pregunta hace 10, 15 años cómo era la política, los electores y cómo se comportaban los medios, un candidato podía administrar su silencio y tener  el tiempo suficiente para identificar el sentido común y de esa manera, en razón de ese sentido común, romper su silencio. Pero en la política hoy el sentido común toma mucho tiempo en asentarse y una vez que se asienta, se desvanece muy rápidamente.  Guillier no está entendiendo bien eso y cada vez que se silencia, se reafirma la idea que no hay programa, no hay ideas. El PS ha dicho que ellos se van a adherir a la campaña de Guillier para darle contenido a su campaña, ¡eso es muy fuerte!

Lo interesante es ver si Sánchez es capaz de ser política: si es capaz de criticar a Guillier, porque es la única manera de diferenciarse. Si no lo hace es porque primó en ella el sentimiento moral, en el sentido que ella tiene una relación bastante cercana con Guillier. ¿Qué salida puede tener? Salir a atacar a la Nueva Mayoría, que ha sido el discurso de Boric y Jackson, pero en eso no hay renovación, ahí hay consenso. Lo que importa en la campaña electoral es que se dirija, en el caso de la izquierda, al candidato opositor.

¿Cuál sería el futuro de la Nueva Mayoría de perder la elección de noviembre? ¿Qué viabilidad tiene el Frente Amplio post elecciones?

Todo lo vamos a ver respecto de los resultados parlamentarios y electorales. Sea quien sea pase a la segunda vuelta, esta elección será de voto a voto. Obviamente una derrota es bastante importante en términos de la moral de las personas. Sólo si el Frente Amplio obtiene un resultado muy atractivo, muy fuerte, se vería un debilitamiento profundo de la Nueva Mayoría. Si ocurriera que lograran sacar una buena votación con Sánchez, eso puede ser un buen impulso para decir que el responsable de que un gobierno de centroderecha esté en el poder se llama Nueva Mayoría y eso obviamente es delicado para la NM. Pero ese es un escenario bastante optimista para el Frente Amplio, no hay que olvidarse que la NM tiene un número importante de parlamentarios que van a ir a la reelección y probablemente van a salir electos y que van a tener que administrar la derrota buscando culpables.

 

¿NUEVA CONSTITUCIÓN?

¿Cómo interpreta los proyectos de nueva Constitución, reforma a la educación superior y al sistema de pensiones anunciadas en el último año de Gobierno, siendo además, un año electoral?

En los últimos años se ha agudizado este apuro por querer cumplir con el programa de gobierno, poder decir cumplimos la ciudadanía, enviando proyectos que después, precisamente, no logran el objetivo principal o no se avienen a la nueva administración y deben ser reformulados completamente. Eso  tiene que ver con que la política hoy en día ha perdido ese rol de liderazgo, el político es más bien un administrador del malestar, del desastre o de los ánimos o humores de las personas.

La política se olvida que el elector moderno es alguien bastante más sofisticado y escéptico frente a este tipo de cosas. El ciudadano común que lee las noticias, el 40% que participa en la política de alguna manera, el  casi 9% que se va a inscribir en los partidos políticos obviamente entiende lo que está ocurriendo y no lo avala. Esto desprestigia a la política y es un grave error, se oradan las instituciones políticas, los partidos políticos y la institucionalidad del gobierno.

¿Y este apuro por cumplir con el programa de Gobierno es algo propio de gobiernos de izquierda o también de derecha?

Yo creo que es un fenómeno de los tiempos, esto pasa en todos por esta forma de querer afrontar la política de esta manera, sin un rol conductor sino sólo administrador de los problemas.

 

Fuente: Revista LyD, mayo 2017.

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