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El sueño australiano

Voces La Tercera

Algo mágico está pasando en Australia. Los jóvenes de familias acomodadas chilenas, que en sus casas en Chile no hacen ni la cama, en Australia son capaces de trabajar como maestros de la construcción, garzones y dirigiendo el tránsito. Además, viven en pensiones que no tienen ni un décimo de las comodidades de sus propios hogares. Muchos se van por uno o dos meses y terminan quedándose uno o dos años. Pero eso no es todo, los padres que se van a dar una vuelta al continente australiano para “visitar” a sus hijos, al regresar a Chile, comentan que se habrían quedado felices a vivir allá.

¿Qué tiene Australia que no tenga Chile? Ambos son países con buen clima, situados en el hemisferio sur, lejos de los principales centro de negocios del mundo. Ambos son países mineros y tienen como principal socio comercial a China. Incluso Chile y Australia no difieren tanto en términos del tamaño de su población, los chilenos somos cerca de 17 millones de personas y los australianos son poco más de 24 millones. Pero, la gran diferencia es que los australianos se las han sabido arreglar para crecer en forma estable durante más de 40 años. Esto les ha permitido tener hoy un ingreso por habitante de US$ 48.800, es decir, poco más del doble del que tenemos los chilenos.

Los australianos han logrado este alto nivel de vida manteniendo una estrategia de desarrollo parecida a la que Chile tenía hasta antes del actual gobierno. Es decir, cuentas fiscales ordenadas, economía de mercado, abiertos al mundo y a los capitales extranjeros. Pero los australianos, lejos de avergonzarse de su estrategia de desarrollo, la han mantenido y fortalecido. De hecho, Australia tiene una clasificación de riesgo AAA, mientras que Chile está a punto de bajar de AA-. Son el país número 22 de 138 en competitividad, de acuerdo al ranking elaborado por el WEF. Chile alcanzó ese mismo nivel el 2005, pero hoy ha retrocedido hasta el lugar 33. Australia es también superior en la protección de los ciudadanos en contra del Estado, en el respeto a las leyes y los contratos, y en términos de violencia y delincuencia. En este último punto, cabe mencionar que Australia tiene una tasa de homicidios que es una cuarta parte de la de Chile. Una interesante paradoja para un país que fue colonizado por reos provenientes de otros países.

Chile iba bien encaminado a convertirse en la Australia de América Latina. De hecho, en los últimos treinta años nuestro crecimiento económico ha sido 5,1% promedio anual, mientras que el de los australianos ha sido de 3,2%. Lamentablemente, en los últimos 10 años no hemos podido mantener el ritmo. Mientras el crecimiento de los australianos ha descendido unas décimas desde 3,2% a 2,7% anual, el nuestro se ha reducido a 3,8%. Esto, es obvio, está fuertemente influido por los últimos tres años en que el crecimiento no ha llegado ni siquiera al 2%.

Mis padres hablaban del sueño americano, y mis hijos hablan del sueño australiano; por algún tiempo mi generación llegó a hablar del sueño de que Chile fuera el mejor país para vivir, trabajar y formar una familia. Dios quiera que podamos soñar nuevamente.

 

Columna de José Ramón Valente, Consejero de Libertad y Desarrollo, publicada en Voces de La Tercera.-

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