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Empleo por cuenta propia mantiene el desempleo a raya

El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dio a conocer la tasa de desempleo correspondiente al trimestre junio y agosto de 2016, de un 6,9% a nivel nacional, cifra dos décimas menor que el trimestre móvil pasado, pero cuatro décimas más alta que el mismo periodo de 2015. Si bien este nuevo resultado es levemente mejor de lo que adelantaba el mercado, una vez más preocupa la composición de los empleos que se están creando.

Francisco Klapp, investigador del Programa Económico de LyD, explica que lo natural es que se observe un crecimiento de la ocupación tan solo levemente por encima del 1,0% en el contexto de una economía que crece entre un 1,5% y 2,0%, lo que se traduce en que respecto a igual fecha de 2015 veamos leves pero sostenidas alzas del desempleo. "Lamentablemente continuamos viendo la preocupante tendencia de las últimas mediciones, en que prácticamente la totalidad del empleo creado es por cuenta propia –que en general presenta un importante componente de informalidad, inseguridad y menores remuneraciones-", señala el economista. Este fenómeno sigue siendo especialmente claro en la Región Metropolitana, donde de no ser por este tipo de empleo y tras una importante contracción del empleo asalariado, se habría observado una salto en la tasa de desempleo.

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En concreto, esta expansión de la ocupación de 1,1% en 12 meses, se explica por un aumento de los empleadores de un 2,4% -con una incidencia de solo 0,1 puntos-; un empleo por cuenta propia que crece un 5,5% incidiendo 1,1 puntos, es decir, prácticamente el 100% de la expansión de la ocupación; y empleo asalariado con un débil 0,2% de expansión e incidencia prácticamente nula. Ahora bien, como se ha insistido en estas páginas, el empleo por cuenta propia agrupa a un conjunto bastante diverso de actividades, que incluye tanto a un profesional o técnico  independiente -que no emplea a otros- como a una persona que ejerce el comercio ambulante o estaciona autos en la vía pública, y de hecho de acuerdo a datos del INE, son más bien los empleos de baja calificación y mayor inestabilidad laboral los que dominan en los empleos por cuenta propia que se están creando. Solo para tener una referencia, cerca de un 20% de quienes declaran ejercer el trabajo por cuenta propia lo hacen en la vía pública, un 20%  trabajaría solo entre 1y 15 horas a la semana.

Lo anterior acompañado de una expansión de la fuerza de trabajo, de 1,6% versus igual periodo de 2015, lo que explica el aumento en la tasa de desocupación respecto a un año atrás.

Datos de la reciente CASEN, dada a conocer hace solo algunos días, corroboran el deterioro de la situación de empleo. Estos datos, si bien fueron levantados en noviembre del año pasado, ya mostraban como las condiciones laborales especialmente de los sectores de menores ingresos se deterioraban. En particular para el grupo que se sitúa bajo la línea de pobreza por ingresos, baja el porcentaje de personas con un empleo asalariado (66,8% a 63,4%), sube el porcentaje de asalariados sin contrato de trabajo (de 32,3% a 35,4%) y aumenta el de ocupados en situación de pobreza con ingresos y sin cotización previsional (de 51,1% a 56,3%).

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En términos de calidad de empleo asalariado, se aprecian resultados mixtos, lo que debe ser mirado con perspectiva considerando la sustitución entre trabajo asalariado y por cuenta propia que estaría existiendo, y que de cierta forma amortigua un mayor deterioro de las estadísticas de calidad del empleo asalariado: 86,8% declaró contar con contrato escrito, lo que representa una leve caída respecto del 87,1% de igual trimestre de 2015, mientras que los asalariados con contrato indefinido también retroceden marginalmente, pasando de un  72,2% a un 72,1% en 12 meses. En general el número de personas que trabaja más de 45 horas continúa contrayéndose, lo que es compensado por quienes tienen jornadas más cortas.

En el actual contexto de débiles expectativas para el crecimiento, baja confianza empresarial y de consumidores, el fin del impulso excepcional de la construcción –que muestra uno de los peores IMCE[1] de sus historia-,  y el poco dinamismo de la minería (donde de hecho se pierden más 35 mil puestos de trabajo en 12 meses o un 15%, lo que ha disparado las tasas de desempleo en las regiones del norte), parece bastante difícil pensar que la actual cifra de desempleo, algo menor que el trimestre móvil pasado, sea el reflejo de un camino de mejora sostenible en el mercado laboral.

[1] Indicador Mensual de Confianza Empresarial (IMCE) elaborada por ICARE y la UAi

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