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El umbral de Valdés

Tele13

En estos días se juega en La Moneda un partido importante. La Nueva Mayoría discute internamente los alcances de una reforma al sistema de pensiones y la alternativa que se escoja determinará en definitiva si es que la administración de Michelle Bachelet pasa a la historia como un gobierno que no logró plasmar sus ambiciosas reformas o como un desastre nacional que destruyó las bases de la prosperidad de Chile en los últimos treinta años.

Rodrigo Valdés, un destacado economista del MIT que ocupara altas posiciones en la banca privada y en el Fondo Monetario Internacional está en el centro de esa decisión. Desde hace un tiempo Ministro de Hacienda de este gobierno, ha tenido la difícil misión de intentar compatibilizar las radicales reformas de Bachelet, que él no diseñó, con un funcionamiento medianamente normal de la economía chilena. Lo ha logrado a medias, evitando el desastre pero sin alcanzar el milagro prometido alguna vez de aislar a nuestra economía de los fuertes shocks negativos que le son inoculados por las reformas del gobierno. Su atribulada conducción de la economía chilena en tiempos de tormenta no será recordada con agrado por los pasajeros pero al menos se le otorgará el mérito de haber conducido la nave a puerto.

Hoy, sin embargo, la situación es más grave. De lo que se trata, es de salvar el sistema que permite sustentar en el largo plazo el equilibrio fiscal y que al mismo tiempo provee la base de ahorro que financia una buena parte de la inversión productiva y la construcción de viviendas en Chile.

Valdés ha sido transparente al ser interpelado por su gestión. Si bien se la ha jugado por minimizar los efectos adversos que las reformas tienen sobre el funcionamiento de la economía, él ha dicho que es un hombre de izquierda que es parte del gobierno de Bachelet. Sus logros de contención, por ejemplo en la reforma laboral, han sido modestos.

Pero ahora la cosa es distinta. Rodrigo Valdés sabe que para aumentar las pensiones requiere incrementar el pilar solidario pero al mismo tiempo no puede afectar negativamente el ahorro individual. Como no tiene recursos fiscales disponibles, ideó una fórmula en que financia el incremento del pilar solidario con aumento en la cotización, pero tuvo la precaución de plantear un incremento de cotización suficientemente alto (más allá de las recomendaciones expertas) para dejar que una parte importante de ese 5% adicional fuera a las propias cuentas de los trabajadores. Si la presión interna del Partido Comunista triunfa y todo el 5% va a un cuarto pilar solidario de reparto, las pensiones no aumentarán, probablemente disminuirán en el mediano plazo, y la presión por nuevas reformas en la dirección del reparto serán imparables. Chile gasta hoy una porción muy pequeña del PIB en el pilar solidario comparado con cualquier país del mundo y puede hacerlo porque el pilar contributivo aporta muchos recursos a las pensiones. Si ello deja de ser así y vamos a la muerte del sistema de AFP, el equilibrio fiscal de mediano plazo se rompe inevitablemente.

Rodrigo Valdés será un hombre de izquierda pero es también economista e inteligente. No creo que quiera pasar a la historia como el Ministro de Hacienda que vendió la joya de la Corona del éxito económico chileno: los equilibrios macroeconómicos.

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