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5 FACTORES QUE DAN CUENTA DEL DETERIORO DEL MERCADO LABORAL

Uno de los temas coyunturales que más llamó la atención durante 2015 es que a pesar de que la actividad económica promedia un crecimiento de 2% en los últimos 24 meses, la tasa de desempleo se ha mantenido muy estable, y además, cercana a lo que puede considerarse pleno empleo. Sin embargo, hay al menos ocho factores que dan cuenta del deterioro del mercado laboral:

  1. Caída en el crecimiento de la fuerza de trabajo, lo que lleva a que pese a un menor dinamismo de la ocupación, la tasa de desempleo tienda a mantenerse. Es así como en los últimos dos años, a pesar de que el crecimiento de la ocupación medido en 12 meses se redujo a 1,6%, en comparación con un 3% entre 2011 y 2013, el crecimiento de la fuerza de trabajo disminuyó de 2,2% a 1,7%. Esta menor expansión de la oferta laboral se explica en parte por factores demográficos y tiene como contrapartida un aumento de los inactivos, que de crecer a un ritmo anual de 0,7% entre 2011 y 2013, duplicaron su tasa de expansión en los últimos dos años a un 1,4%. Esto no es una buena noticia, considerando que la tasa de inactividad en Chile es bastante superior al promedio de la OCDE.
  1. Caída de las horas trabajadas, especialmente en los últimos 12 meses. Se observa también una disminución del número de trabajadores que realiza horas extraordinarias, como también un aumento de aquellos que trabajan a tiempo parcial en forma involuntaria, es decir, que están dispuestos a trabajar más horas. Dado que la definición de desempleo establecida por la OIT es muy poco estricta respecto al criterio de las horas trabajadas, es necesario complementar la información que entrega la tasa de desempleo con otras series estadísticas que dan una visión más completa. El INE se encuentra también trabajando en esta línea para entregar cifras de lo que se puede llamar “tasa de desempleo corregida”, la cual muestra al menos un estancamiento en su evolución en una dimensión temporal. El Gráfico N° 1 muestra el comportamiento de la tasa de desempleo y esta “tasa de desempleo corregida”, en el período 2010-2015.

CUADRO LABORAL

Así, ambas mediciones de precariedad del mercado laboral mostraron una significativa mejoría entre 2010 y 2013, para mantenerse más estables posterior a eso. La tasa de desempleo corregida muestra a partir de éste un deterioro mayor al que se desprende de analizar la tasa de desempleo tradicional.

  1. Inactivos potencialmente activos: Se registran más de 800 mil personas inactivas potencialmente activas, de las cuales un 63% son mujeres. Aunque parece existir cierta estacionalidad, será interesante ver cómo se sigue comportando este indicador, ya que muestra signos de menor dinamismo del mercado laboral, consistentes con el reducido dinamismo de la actividad.
  1. Pérdida de calidad del empleo: los indicadores de formalidad laboral asociados a calidad de empleo mejoraron en forma significativa entre 2010 y 2013. De los 92 mil empleos asalariados creados en promedio en los últimos dos años, sólo un 69% corresponde a empleos con contrato escrito y el resto corresponde a acuerdo de palabra. Entre 2010 y 2013 se crearon como promedio anual 169 mil empleos asalariados, mientras la cifra correspondiente a empleos asalariados con contrato escrito es bastante superior, de 196 mil promedio. Por lo tanto, parte del deterioro del mercado laboral de este período de estancamiento se refleja en una pérdida de calidad de empleo.
  1. La Encuesta de Percepción del Desempleo LyD de diciembre evidencia signos de deterioro del mercado, los que se hacen más evidentes a nivel de percepciones. Un primer punto es que tiende a aumentar en relación a septiembre el porcentaje de familias que declara que al menos uno de sus miembros está sin trabajo, a un 44%. De éstos, un 60% corresponde al jefe de hogar, siendo esta cifra las más alta de los últimos siete años.

También llama la atención un fuerte aumento de respuestas “no sabe/no contesta (ns/nc)”, que se encuentran en los niveles más altos de la última década, lo que pudiera ser un reflejo de la incertidumbre reinante.

De la misma forma, el temor a perder el empleo se mantiene en un porcentaje elevado en relación al año 2014, de un 38%, aunque algo por debajo de los tres primeros trimestres de este año, siendo la cifra promedio de 2015 la más alta desde 2006. Es preocupante también el hecho de que el porcentaje de personas que tiene poco temor a perder su fuente laboral también se encuentra en un mínimo histórico de 29%, cerca de la mitad de lo que se observó en el período 2010-2013. Con todo, se observa también un nivel récord de respuestas ns/nc, cuya interpretación requiere un análisis más profundo.

Existe asimismo una imagen negativa respecto al rol del Gobierno en términos de sus esfuerzos para reducir el desempleo, aunque la pregunta es abierta y no permite ir más allá en su significado. También dentro de los niveles récords de los últimos siete años, un 64% de los encuestados dice que el Gobierno no ha hecho esfuerzos suficientes en esta materia, en comparación con un promedio de 50% en el período 2010-2013, y con una cifra de 33% al inicio de este Gobierno.

Las expectativas respecto a la situación laboral en 3 y 12 meses también muestran un deterioro, tanto porque cae el porcentaje de personas que piensa que mejorará, como por un aumento de los que esperan un deterioro. La diferencia entre respuestas positivas y negativas marca el punto más bajo desde que se realiza esta pregunta. El Gráfico N° 3 muestra los resultados para la expectativa a 12 meses.

En relación a las preguntas referidas al clima laboral al interior de las empresas, cae fuertemente el porcentaje de encuestados que considera que la empresa cumple sus acuerdos con los trabajadores, ello es principalmente porque sube en forma muy importante el porcentaje de respuestas ns/nc. Esto probablemente no es independiente del ambiente de desconfianza y de las discusiones referidas a la Reforma Laboral. Algo similar ocurre con la pregunta relativa a las relaciones al interior de la empresa. Cae la percepción de una relación positiva, pero no por un aumento de percepción negativa, sino por un salto bastante significativo en las respuestas ns/nc.

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