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Transantiago: Mayor costo, sin calidad

Pulso

 

Cristina Torres LyDEl Senado comenzará esta semana a discutir el proyecto que incrementa el subsidio al Transantiago, dejando una vez más en evidencia la ineficiencia del sistema en cuanto a su diseño y su falta de estabilidad financiera.

Han sido tres los aportes de recursos que ha tenido este subsidio. El primero cuando se creó en 2009, pese a que el sistema fue diseñado y puesto en marcha el 2007 sin contemplar la necesidad de subsidiar tarifas; el año 2013 y los recursos que ahora se discuten, que contemplan un aumento cercano a US$ 2.760 millones en siete años. El subsidio fiscal comprometido entre 2015 y 2022 ascendería entonces a más de US$ 12.000 millones.

Para tener un orden de la magnitud de recursos: la construcción de un hospital, como el de Puente Alto con 400 camas, cuesta $ 150 mil millones; asimismo, con el gasto total, es decir, la suma del subsidio entre 2015 y 2022, se podrían construir dos líneas de metro como las futuras 3 y 6.

Este subsidio entrega $ 120 mil millones (o $ 260 mil millones en los próximos años) que se siguen botando al fallido sistema y no a infraestructura de beneficio permanente para usuarios del transporte público, que se podrían traducir en mejorar la calidad de vida de los chilenos. Y el Ejecutivo va más allá, pues además de incrementar los recursos, eleva la autorización para excederlos anualmente de un 5% a un 10%, e incorpora un mecanismo alternativo de reajuste anual del monto del subsidio, el que hoy se hace anualmente vía Ley de Presupuestos de acuerdo al IPC, que comprenderá las proyecciones de variaciones de los costos del sistema, considerando, factores concretos como el precio del petróleo diésel, del dólar, el índice de pasajeros por kilómetro y otros no conocidos, pues la enumeración no es taxativa al señalar “entre otros”, lo que en definitiva puede implicar que no se tendrá la certeza necesaria para conocer el porcentaje de reajuste que tendrá este monto.

Habiendo reconocido el Ministro de Transporte que el déficit al final de 2014 alcanzó los $ 444 mil millones, no cabe hacer otra cosa que sincerar que este proyecto sólo cubre déficit sin mejoras en la calidad del transporte público o en la infraestructura de Santiago o ciudades de regiones.

En el mismo tenor, un informe elaborado por la Asociación de Concesionarios de Transporte Urbano de Pasajeros (ACTUS), señala que el nivel de subsidio que propone el proyecto de Ley del Ejecutivo no es suficiente para implementar mejoras en Transantiago, pues sólo alcanzaría para mantener el actual nivel de servicios.

A ocho años de su puesta en marcha y tan sólo con una mirada rápida, considerando que las actuales autoridades fueron las encargadas del diseño, implementación y puesta en marcha del Transantiago, esta era la oportunidad para evaluar mejoras de fondo y detener las soluciones “parche” que no hacen otra cosa que postergar su colapso.

 

Columna de Cristina Torres, abogada del Programa Legislativo de Libertad y Desarrollo, publicada en Pulso.-

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