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Carrera docente: Bajas expectativas

Pulso

 

mparzolaEl Gobierno ingresó sus indicaciones al proyecto de ley de Carrera Docente. La mayoría de ellas apuntan a maquillar el texto original para complacer al Colegio de Profesores, con recursos tales como sustituir el término “sistema de certificación” por “sistema de reconocimiento” y establecer como “derecho” el nuevo sistema de inducción y el de formación continua.

Adicionalmente, se concedieron varias de las peticiones del Colegio de Profesores respecto al funcionamiento del nuevo sistema. Primero, se establece el ingreso instantáneo a éste, sin necesidad de aprobar alguna evaluación. Segundo, se restituye la actual asignación por antigüedad, que en el proyecto original se había reducido a la mitad, en línea con la evidencia que indica que ligar remuneraciones a la antigüedad del docente es una mala forma de atraer a candidatos de buen desempeño. Y respecto a las horas no lectivas, se comprometen más aumentos en el futuro, pero sin exigir que el 100% de éstas se use realmente en beneficio de los alumnos.

Es decepcionante que las indicaciones no corrigieran las nulas atribuciones que el proyecto entrega a los establecimientos educacionales y sus directores para evaluar y decidir respecto a la remuneración y situación laboral de sus profesores. Tanto la Comisión Brunner (1994) como el Panel de Expertos (2011) coincidieron en la necesidad de dar mayor autonomía a los establecimientos municipales para alinear a sus docentes hacia la consecución de los objetivos institucionales; este proyecto, sin embargo, no sólo ignora esas recomendaciones, sino que avanza en la dirección opuesta, al concentrar en el MINEDUC la gestión de los profesores mediante una carrera docente basada en una evaluación centralizada incapaz de identificar el buen desempeño en el aula.

Si a lo anterior le sumamos la disminución en las exigencias para el traspaso de los docentes en ejercicio a la nueva carrera, tenemos como resultado un proyecto de ley que nos genera pocas expectativas sobre el potencial que tendrá para cumplir con el objetivo de mejorar la calidad de nuestro sistema escolar.

 

Columna de María Paz Arzola, investigadora del Programa Social de LyD, publicada hoy en Pulso.- 

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