Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Dudas en educación tras el cónclave

Pulso

María Paz ArzolaSubsisten las dudas sobre la reforma educacional del Gobierno tras el cónclave de la Nueva Mayoría.

Primero, porque en lugar de dar prioridad a algunas iniciativas, se sigue perseverando en todas las que han estado presentes desde la campaña: la Presidenta manifestó su intención de continuar con los cambios acordados al proyecto de ley de carrera docente, avanzar hacia la gratuidad de la educación superior, y de iniciar un proceso de desmunicipalización de la educación escolar. ¿Qué fue de la cordura que alcanzó a insinuar el Ministro de Hacienda?

Y segundo, porque se sigue con los eslóganes y grandes anuncios, sin abordar el contenido y los mecanismos exactos a través de los cuales se pretende llevar a cabo cada una de estas reformas. ¿No aprendió el Gobierno en este período que no sólo las reformas, sino también la incertidumbre en relación a éstas, acarrea consecuencias?

En el proyecto de carrera docente aún no hay un texto que introduzca las indicaciones del Gobierno, aun cuando el acuerdo de los diputados que las originó se firmó hace ya 7 semanas.

En desmunicipalización, sólo se ha anticipado la creación de nuevas agencias para administrar un promedio de 80 colegios (la de mayor tamaño llegaría a tener 256). A pesar de tratarse de un cambio sin precedentes, pues hoy sólo 4 municipios tienen a su cargo más de 50 establecimientos y el 90% tiene 30 o menos, todavía no se conocen los detalles, el costo, ni la gradualidad de dicho proyecto.

Y en cuanto a la gratuidad de la educación superior, se reafirmó la idea de iniciarla el año 2016 para un grupo reducido de estudiantes e instituciones, pero todavía no se informan los detalles ni el mecanismo que se usará para el largo plazo, que es finalmente lo que condicionará las consecuencias concretas de esta iniciativa.

Con todo, ya no sé qué es peor: que el Gobierno prosiga con reformas cuyos efectos son discutibles en tanto no abordan las causas de los problemas de calidad y de acceso en educación, o que ni siquiera sea capaz de esclarecer los detalles que permitan al menos tener más certeza sobre las consecuencias (positiva o negativas) de cada una.

 

Columna de María Paz Arzola, investigadora del Programa Social de LyD, publicada en Pulso.-

Tags:

otras publicaciones

Diario Financiero

La Tercera