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27 DE FEBRERO: TRIBUTO A UNA GESTA

Diario Financiero

A CONTINUACIÓN, REPRODUCIMOS LA COLUMNA DE NUESTRO DIRECTOR EJECUTIVO, LUIS LARRAÍN, PUBLICADA HOY EN DIARIO FINANCIERO.

Hace cuatro años los chilenos vieron interrumpido dramáticamente su sueño por uno de los terremotos más fuertes de la historia de la humanidad. Uno puede recordar el 27 de febrero del año 2010 como un momento de temor, como nos sucede a quienes lo vivimos cerca del epicentro  o de los lugares en que se salió el mar. También puede quedarse con la imagen del desorden e  incompetencia  de la reacción inicial de las autoridades del gobierno de Michelle Bachelet, o con la vergüenza por los saqueos de los días siguientes.

Alguna mirada mezquina o análisis sesgado podrán, incluso, resaltar el caso puntual de aquella familia que aún no ha podido levantar nuevamente su vivienda.

Pero la perspectiva que dan los cuatro años debe llevar a hombres y mujeres de buena voluntad a centrar más bien su recuerdo en el notable proceso de reconstrucción que los chilenos hemos llevado a cabo en este período.

Uno de los balances más impresionantes es el de la reconstrucción de viviendas, tarea titánica si consideramos que se destruyó una de cada diez casas en las seis regiones afectadas. Hasta el mes de enero se habían entregado 195 mil viviendas reconstruidas, un 88% de las dañadas, de las cuales 92 mil son casas nuevas y 103 mil son reparadas. Adicionalmente, había 26 mil viviendas en proceso de construcción, que equivalen a un 11,6%. Vale decir en cuatro años se ha respondido a un 99,6% de las 222 mil viviendas dañadas por el terremoto, quedando sólo mil viviendas que corresponden a un 0,4% del total por iniciar.

Hoy se nos olvida, pero vale la pena recordar que entre las consecuencias más urgentes del  terremoto estuvieron los 125 mil niños que quedaron imposibilitados de asistir a clases debido a que 4.654 escuelas sufrieron daños severos. Pues bien, 45 días después todos esos niños pudieron reanudar las clases. Otro de los dramas inmediatos fue la salud. Se perdieron 4.249 camas hospitalarias, se destruyeron 171 pabellones quirúrgicos; 40 hospitales sufrieron daños severos y 17 quedaron inutilizables. Adicionalmente, 141 postas y 66 consultorios sufrieron daños. Ya a seis meses del terremoto el 90% de las camas y el equipo médico industrial habían sido restablecidos.

Por último, en materia de infraestructura pública el costo estimado ascendió a US$ 10.000 millones, con 2.500 puntos de conectividad dañados; 298 puentes destruidos; 1.600 kilómetros de caminos deteriorados; un aeropuerto y siete aeródromos inutilizados y 53 instalaciones portuarias dañadas. La gestión en esta materia fue de una rapidez asombrosa y a las pocas semanas la conectividad estaba garantizada en la mayor parte del país. A los seis meses estaban operativos todos los puntos de conectividad afectados. A la fecha está totalmente restituida la red aeroportuaria y ferroviaria, así como también los puertos. Durante el 2014 terminará la reparación total de puentes y caminos.

Los chilenos tenemos que rendir tributo a todos quienes participaron en este proceso, especialmente a los Ministros de Vivienda y Obras Públicas. También a los Ministros de Educación y Salud y a los Intendentes de las regiones afectadas y a los miles de funcionarios que trabajaron más allá de sus obligaciones para lograr esto.

Especial mención merecen también los chilenos que sin tener responsabilidades voluntariamente se sumaron a este proceso. Empresas que financiaron la reconstrucción del borde costero de muchos de los balnearios y ciudades afectadas por el tsunami, hasta el punto que con propiedad puede decirse que la mayoría de esos lugares ostentan hoy una mejor calidad de vida que antes.

Felipe Cubillos y su tremenda obra en Desafío levantemos Chile son un símbolo de esa gesta.

La magnitud de esta obra ha sido reconocida internacionalmente. La Universidad de Berkeley destaca a Chile como un caso ejemplar de eficiencia y coordinación entre el rol del estado y las comunidades involucradas en reconstrucción de viviendas, situándola como líder en esta materia de acuerdo a comparaciones internacionales con catástrofes en Japón, Haití, Nueva Zelanda, Turquía, Italia y China entre otros países.

Y un tributo, nobleza obliga, al Presidente Piñera que dirigió esta magna tarea.

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