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De la retroexcavadora a los vetos

El Libero

La izquierda es especialmente hábil para fijar los límites de la discusión, la cancha en la cual se juega el partido de las ideas y la política. Estando en el gobierno, la “retroexcavadora” fue su instrumental principal para sacar del camino visiones que no comulgaban con la hegemonía que ellos tratan de imponer.

La conformación del primer gabinete de Sebastián Piñera nos está dando un indicio del instrumento que la izquierda pretende utilizar ahora que están en la oposición: los vetos.

Así, las críticas a los ministros que anunció Piñera esta semana se han centrado notoriamente en algunos blancos. El primero ha sido el designado en Educación, Gerardo Varela. Un convencido liberal, Varela está sufriendo los embates de la izquierda. Las inefables diputadas Vallejo y Cariola abrieron los fuegos con los consabidos slogans: en esencia, Varela concebiría la educación como un bien de consumo y no como un derecho social. Haciendo caso omiso del daño que las consignas le han hecho a nuestra educación en los últimos cuatro años, las chicas comunistas pretenden descalificarlo como ministro de Educación repitiendo esos slogans.

El diputado Gabriel Boric, por su parte, al enterarse del nombramiento de Varela, llama en un tuit: “compañer@s a preparar las asambleas”. Por la misma vía lo califica de machista y creativo por un comentario en una columna sobre el parecido del Frente Amplio con las garotas de Río de Janeiro. Efectivamente, Gerardo Varela es muy creativo y también muy provocador en sus columnas en El Mercurio. Por supuesto, una cosa es ser columnista y otra ministro, y Varela se ha aprontado a declarar que no retrocederá en gratuidad, sino que avanzará en la medida que lo establece el programa de gobierno de Piñera. El futuro titular del Mineduc es un abogado muy destacado, buen negociador y articulador de acuerdos. Tiene una tarea difícil, pero su actitud de aceptar el desafío es encomiable. Su conocimiento de educación está ligado precisamente a “Desafío: Levantemos Chile”, la organización que liderara el fallecido Felipe Cubillos y que fue fundamental en la reconstrucción después del terremoto de 2010 y otras catástrofes. Allí, como mano derecha de Cubillos, Varela se involucró en la reconstrucción de escuelas, y también con su gestión en un proyecto ligado a la Universidad Católica.

Los vetos también han pretendido ejercerse en el caso de Isabel Plá, nueva ministra de la Mujer y Equidad de Género. El mismo Boric y otros personeros la han criticado por haber estado en contra del proyecto de aborto en tres causales recientemente aprobado en el Congreso. Quienes califican a sus adversarios conservadores de intolerantes no toleran que una mujer que piensa distinto a ellos ocupe este Ministerio. Isabel Plá ha demostrado su gran capacidad de trabajo y su llegada con la gente, y será capaz de conducir esa cartera con acierto.

En relación al nombramiento de Alfredo Moreno como ministro de Desarrollo Social, la crítica desde la izquierda vino a su calidad de dirigente empresarial. El prejuicio está claro: no se concibe el emprendimiento y la creación de empleos como vehículos de desarrollo social. Alfredo Moreno ha liderado en la CPC, junto a la Asociación de Emprendedores y a las Empresas B,  la iniciativa 3xi, en que junta a innovadores sociales, empresarios y dirigentes sociales en jornadas de encuentro y reflexión.

La lectura política, en vez de criticar, debiera ser: han puesto a alguien de gran capacidad y peso político al frente del Ministerio de Desarrollo Social, lo que da cuenta de la importancia que el gobierno de Piñera le dará al tema. En efecto, la promesa de seguir priorizando a los más vulnerables  —niños en situación irregular, personas de tercera edad, gente que vive en campamentos— debe conciliarse con la atención en los sectores medios. El programa Clase Media Protegida pretende atender a sectores que no necesitan de la ayuda permanente del Estado, sino que éste los ayude en determinadas contingencias, como podrían ser una enfermedad grave que desequilibra el presupuesto familiar o la pérdida del trabajo. Es una suerte para el país que Alfredo Moreno esté a cargo de esta difícil tarea.

La izquierda no puede pretender ejercer vetos sobre el nombramiento de ministros, ni establecer campos vedados para quienes no comulguen con sus ideas. En ese sector olvidan un pequeño detalle: perdieron la elección y son sus adversarios políticos los que tienen el mandato de la población para conducir el país.

El Presidente Piñera debiera tener esto claro. Un ministro puede salir del gabinete por una evaluación de su gestión, pero nadie, ni menos los adversarios, tiene derecho a veto en los nombramientos.

 

Columna de Luis Larraín, Director Ejecutivo de Libertad y Desarrollo, publicada en El Líbero.-

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