Una mejora en materia de expectativas en materia laboral para el corto y el mediano plazo se observa en la Encuesta de Percepción del Desempleo de Libertad y Desarrollo correspondiente a marzo de 2018.
La medición arroja que un 48% (37% en diciembre de 2017 y 16% en marzo de 2017) cree que la situación de empleo en el país mejorará de aquí a 3 meses y un 8% (13% en diciembre de 2017 y 33% en marzo del mismo año) que ésta empeorará.
Al alargar a 1 año el plazo para la pregunta anterior se observa también un mejor escenario: un 61% de los encuestados (58% en la encuesta inmediatamente anterior y 29% hace un año atrás) cree que ésta mejorará y un 7% cree que ésta empeorará (7% en diciembre y 20% en marzo del año pasado.
Por otra parte, el porcentaje de familias que tiene al menos a uno de sus miembros sin trabajo aumenta en 5 puntos porcentuales con respecto al nivel de diciembre, un 44% declara estar buscando trabajo activamente sin poder encontrarlo (39% en la última medición). Con respecto a las cifras de un año atrás, el aumento es de 8 puntos porcentuales (36% en marzo de 2017).
Dentro de las familias que tienen al menos un desempleado dentro de su hogar, en un 41% de los casos uno de ellos corresponde al jefe de hogar, cifra menor a la medición de diciembre (43%) y similar a la de hace un año (40%).
En la pregunta sobre el plazo en que cree que el familiar desempleado tendrá oportunidad de encontrar trabajo, la mayoría (un 51%) cree que lo hará en 3 meses. En tanto, quienes creen que lo hará en un plazo de 12 meses llega a 31%, lo que refleja un alza de 15 puntos porcentuales respecto a diciembre pasado y 7 puntos porcentuales respecto a hace un año.
Un dato que no resulta positivo es que el nivel de temor a perder el empleo aumentó 7 puntos porcentuales con respecto a diciembre de 2017 y a marzo del mismo año, ubicándose en esta medición en 40%.
Frente a las preguntas de coyuntura sobre reforma laboral y sindicalización, la mayoría cree que su situación se mantiene inalterada, pero destaca el aumento de quienes creen que empeoraron sus remuneraciones (de 12% a 17% en un año) y su seguridad y estabilidad laboral (de 14% a 22% en un año).
En materia de remuneraciones, un 61% plantea que éstas se mantuvieron (45% en marzo de 2017); un 17% que empeoraron, lo que refleja un alza de 5 puntos porcentuales (12% marzo de 2017) y un 9% que mejoraron (10% en marzo de 2017).
En cuanto al horario, un 71% piensa que se mantuvo (50% en marzo de 2017); un 8% que empeoró (7% en marzo de 2017) y un 7% que mejoró (10% en marzo de 2017).
Con respecto a la relación con el empleador, un 68% cree que ésta se mantuvo (46% en marzo de 2017) y un 7% que mejoró (10% en marzo de 2017). En tanto, un 11% cree que empeoró (9% en marzo de 2017).
Finalmente, en cuanto a la seguridad y la estabilidad laboral, un 22% cree que empeoró, lo que se traduce en un aumento de 8 puntos porcentuales con respecto a la medición de un año atrás, un 7% cree que mejoró (9% en marzo de 2017) y un 58% cree que se mantuvo (43% en 2017).
Al preguntar sobre la percepción de huelga o paralización en la próxima negociación colectiva de su trabajo, sigue siendo mayoritaria la opinión de quienes declaran no saber o no quieren contestar (“No sabe/No contesta”), que se ubica en 52%, un poco por debajo del 56% de marzo de 2017. Solo un 17% de los encuestados ve que tras la reforma la probabilidad de conflicto es menor que en el pasado (19% hace un año), mientras que un 14% ve que la probabilidad es igual o mayor (9% en marzo de 2017).
Acerca de la apreciación personal del papel de los sindicatos, un 36% de los encuestados estiman que “no cambian mayormente las relaciones”, lo que representa un alza de 10 puntos porcentuales respecto a la medición de marzo de 2017 (26%), un 35% estima que las facilitan y un 10% que las dificultan.
La encuesta, de carácter trimestral, tiene un margen de error asociado de 3,45 puntos porcentuales y forma parte de una serie de sondeos de opinión pública que Libertad y Desarrollo realiza en forma periódica. En este caso, se trató de encuestas telefónicas a 800 personas mayores de 18 años correspondientes a las principales ciudades del país, las que representan al 88,94% de la población adulta.
