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Primarias: primera estación

El Mercurio

Las primarias del 2 de julio son la primera estación en la ruta para recuperar el país para su gente de trabajo. Después que el gobierno de Michelle Bachelet instaló en Chile la retroexcavadora para destruir desde sus cimientos la obra que los chilenos venían construyendo hace treinta años urge enmendar el rumbo, poner al país en marcha de nuevo y arrebatar el poder al grupo de audaces que se han enseñoreado en el gobierno para a costa de todos nosotros favorecer con prebendas a los grupos de interés que los sustentan.

No podemos seguir tolerando que manden en este país los trabajadores que no trabajan, los estudiantes que no estudian y los gobernantes que desgobiernan. Chile no soporta mucho tiempo más este ejercicio de exacción en que la gente de trabajo y las familias chilenas son sistemáticamente esquilmados y hostilizados por quienes, revestidos de una autoridad que no merecen, discurren cada día nuevas formas para extraerles dinero, obstaculizar las iniciativas de trabajo y emprendimiento mediante una maraña burocrática y regulatoria que agota y es pasto para la corrupción.

No será fácil esta tarea, pues quienes detentan el poder defenderán con dientes y uñas posiciones que les permiten vivir a costa de chilenos que desde que amanece trabajan para cumplir sus compromisos, realizar algunos sueños, postergar otros y en fin, sacar adelante sus familias con su trabajo honesto y abnegado.

Es muy importante que esos chilenos vayan a las urnas el domingo 2 de julio a votar en las primarias de Chile Vamos. Éstas tendrán no sólo la misión de designar el candidato de la coalición, sino también de movilizar a la gente de trabajo que, cansada de este gobierno, quiere volver a ver un país que trabaje en orden y en paz para seguir progresando.

La primaria será, en ese sentido, una protesta, pacífica y cívica como debe ser, donde una multitud de chilenos manifieste su indignación moral con quienes nos gobiernan. Los sentimientos son importantes en la política, y la indignación moral es uno de los que más mueve a la gente.

Este estado de movilización de la centroderecha será importante para llegar a la segunda estación el 19 de noviembre, día de la primera vuelta presidencial y elecciones parlamentarias, y lograr el objetivo: dar una sólida mayoría al candidato de Chile Vamos y una fuerte representación parlamentaria al sector. Esto porque con voto voluntario no es suficiente ser una mayoría en el país; hay que demostrarlo concurriendo a votar.

El hecho que la Nueva Mayoría no haya tenido capacidad política para realizar una primaria le concede a la centroderecha una ventaja que hay que aprovechar en esta campaña de primarias. A fin de cuentas, lo más probable es que si no hay mayoría absoluta en la elección del 19 de noviembre tengamos que concurrir a la segunda vuelta presidencial el 17 de diciembre. Sería la tercera estación en la ruta para recuperar Chile y es posible que se deba enfrentar a un candidato de la Nueva Mayoría.

La otra posibilidad, menos probable a mi juicio, es que Chile Vamos enfrente en segunda vuelta a un candidato del Frente Amplio. En cualquier caso este movimiento, que está a la izquierda de la Nueva Mayoría, jugará un rol importante en la política chilena a partir de la descomposición de la coalición que hoy nos gobierna. Esto es posible de colegir no solamente al observar la desmedrada posición de los partidos tradicionales, sino al mirar lo que está pasando en el resto del mundo. La izquierda está siendo capturada por movimientos cada vez más extremos, que cuestionan todas las instituciones de la democracia como la conocemos, y plantean propuestas abiertamente populistas.

Chile debe estar preparado para enfrentarlos y Sebastián Piñera ha demostrado su gran solidez para hacerlo y dar un buen gobierno a Chile. Pero la segunda vuelta no es la última estación. Una vez concluido el próximo gobierno la centroderecha tiene que seguir siendo alternativa, y Felipe Kast es una carta excelente para ello. Dos líderes que merecen nuestros votos en las primarias del 2 de julio.

 

Columna de Luis Larraín, Director Ejecutivo de Libertad y Desarrollo, publicada en El Mercurio.- 

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