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Cristóbal Lira, ex Subsecretario de Prevención del Delito: «DEBEMOS CONTAR CON UN OBSERVATORIO REAL DE PERSECUCIÓN PENAL»

Falta de continuidad en las políticas y poco accountability. Ese es el diagnóstico que hace Cristóbal Lira, ex Subsecretario de Prevención del Delito, del problema de la delincuencia y victimización que ha cobrado fuerza durante el actual Gobierno.

En los últimos años, de acuerdo a un estudio de LyD, el gasto en seguridad se ha duplicado. Sin embargo, el cuadro de inseguridad ha empeorado ¿a qué atribuye eso?

Ha sido bastante errático. Al asumir el Gobierno de Piñera, la tasa de victimización era de 33,6% y cuando lo entregamos habíamos logrado reducirla a 24,8%, es decir, una baja de 33,6% de los hogares, 367.000 hogares que dejaron de ser víctimas de delitos, lo cual era una cifra histórica. Sin embargo, este gobierno no le dio continuidad a las políticas que estábamos desarrollando y hemos visto cómo se ha incrementado nuevamente la victimización de los hogares y por lo tanto, la sensación de temor.

¿Qué políticas exitosas no tuvieron continuidad?

Una de las cosas fundamentales era todo el sistema de control de gestión que aplicamos a las polícías, especialmente todo lo basado en la estrategia Tolerancia 0 de Nueva York. William J. Bratton, el policía N° 1 en Nueva York vino a Chile a ayudar a implementar esto, financiado por el Banco Interamericano del Desarrollo y eso significó que se comenzaran a realizar una reunión mensual prefectura por prefectura con el fiscal, con las autoridades de Gobierno, en donde las policías rendían cuenta respecto de los delitos y en aquellos en los cuales había que trabajar más intensamente, cuáles eran sus tácticas a aplicar y al otro mes se volvía a revisar, se coordinaba con el fiscal. etc. Había un trabajo tremendamente coordinado en los equipos anti delincuencia, ya sean preventivos o de persecución penal que se dejó de hacer.

¿Se puede hablar de un "fracaso" del enfoque del Gobierno en temas de delincuencia, dadas las elevadas cifras de victimización y el creciente aumento de los delitos más violentos, de acuerdo a la ENUSC 2015?

Yo diría que las cosas han sido mal implementadas. Por ejemplo, estamos hablando del plan comunal y el consejos comunales de seguridad públicas, definidos por ley. Después del Sistema Táctico de Análisis del Delito (STAD), había la necesidad de incorporar por ley ojalá a las municipalidades, a las comunas y a la gente que representa a la sociedad civil. Esta ley nace bajo el alero del actual gobierno, era el proyecto estrella bajo el lema seguridad para todos, con un presupuesto para las comunas justamente para implementar esto. Hoy vemos que el presupuesto para este proyecto se recortó a la mitad y a la Subsecretaría de Prevención del Delito se le recortó en un tercio.  Han sido erráticos. Primero aumentan fuertemente los presupuestos, no alcanzaron a implementar todo su plan comunal, se limitaron a 70 comunas y llegaron sólo al diagnóstico que están recién terminando, cuando ya este gobierno va en retirada. Al analizar el trabajo del gobierno en materia de delincuencia, no sólo no se ve continuidad en los planes, sino que aquellas herramientas nuevas, que pueden ser buenas ideas, no logran llevarlas a cabo y recortan los presupuestos. Me preocupa porque lógicamente hay otra Ley de Presupuestos más que aprobar el próximo año y que va a dejar amarrado al próximo gobierno con un presupuesto muy limitado.

Es una descoordinación de un nivel muy grande en la gestión.

¿Es porque se ha subestimado, no se le ha dado la importancia que debería tener este tema?

Sin duda que el Gobierno pensó que con la reforma educacional, la laboral y la tributaria iba a estar Chile en una posición distinta, trabajando el tema de la igualdad y que eso era suficiente. Entró con una soberbia que le jugó una muy mala pasada con todo esto de la retroexcavadora y lo refundacional que todos sabemos que lo único que apuntaba era a destruir valor en vez de crearlo. Un Partido Comunista que entra a los pasillos de La Moneda y que frena toda la legislación anti delincuencia, partiendo por la Ley Corta. Cabe recordar que en diciembre de 2014 el ministro Peñailillo la anunció, en enero la Presidenta la envió al Congreso y en abril el PC anuncia que no la apoyaría. La Ley Corta recién se aprobó a mediados de 2016.

¿Y esta agenda anti delincuencia ha tenido algún impacto?

Yo creo que, sin duda, contribuirá a la seguridad ciudadana. El mejorar la fiscalización a través del control de identidad selectivo, y una serie de otras medidas, si se aplican bien, es positivo y tendrán resultados similares y más potentes que lo que se estaba haciendo con el STAD.

Una de las cosas que se demuestra en un reciente estudio de LyD es cómo las comunas han tomado un rol fundamental en materia de seguridad. ¿Esto se debe a un fracaso del Estado como garante de la seguridad o es algo natural que las comunas tomen este rol?

Yo creo que hay una tendencia en el mundo a achicar el espacio para poder mejorar la gestión. No hay duda que la autoridad comunal y las autoridades policiales, fiscales, etc.  tienen un mayor conocimiento de su realidad local que el gobierno central, por lo que si pueden hacerlo y tienen los recursos, serán más efectivos. Incluso, en algunos casos, policías municipales, como existen en otros lugares. El problema es que en Chile tenemos 345 comunas y la realidad es que aquellas que podrían hacer eso no superan las 50, por falta de recursos. Hay cerca de 100 comunas que no gastan un peso en seguridad ciudadana y no son comunas chicas, sino grandes como Ovalle, Pelarco, etc. Estos planes comunales requieren de gente especializada, sin recursos es imposible pensar que se puedan implementar.

¿Qué herramientas hacen falta para tener mejores resultados en un área tan sensible para la ciudadanía?

Hay que implementar cosas que realmente tienen buenos resultados en otros lados. Y eso es básicamente que las instituciones que trabajan este tema hagan accountability. Se necesita medir la gestión de las policías, del Ministerio Público. No puede ser que si se mira el informe de gestión del 2015 del Ministerio Público, se vea que de 1,3 millones de delitos que entraron -que son el 40% del total, porque sólo entran los que denuncian- , los que no tienen imputado conocido tengan una tasa de resolución de 0. Si no existen condenas, entonces, ¿para qué tenemos la investigación, todo el equipo del OS 9, PDI, si no resolvemos ningún caso de esos? Acá hay extraordinarias instituciones, pero no les estamos exigiendo resultados y por lo tanto, sus orientaciones son malas.

¿Es necesaria una estrategia en materia de combate a la delincuencia que trascienda al gobierno de turno?

Yo le ofrecí a la Presidenta y a sus ministros antes de dejar el cargo, que hiciéramos un Plan de Seguridad a 30 años, de largo aliento, que vaya más allá del gobierno de turno, con el visto bueno de la Nueva Mayoría y de Chile Vamos. Por otro lado, debemos tener un Observatorio Real de Persecución Penal para darnos cuenta, desde que se cometen los delitos hasta que se condenan las causas, dónde se van quedando en el camino, cuáles son los nudos críticos para poder atacarlos. No le echemos la culpa sólo a los jueces, al último eslabón de la cadena, esto se va echando a perder en el camino.

EVALUACIONES

¿Qué evaluación hace del Banco Unificado de Datos (BUD)?

Ha sido un desastre. Lo más difícil era aunar voluntades, la información es poder y a las instituciones les gusta aislarse y no entregar información a nadie. Logramos hacer eso, logramos hacer un piloto, estaba listo en agosto de 2014 para implementarse, la Ley de Presupuestos aprobó las platas necesarias para alojar el BUD en el Ministerio Público, estábamos de acuerdo con Sabas Chahuán, teníamos las personas, en fin, toda la logística para empezar y hasta el día de hoy no ha pasado nada. Una cosa más de gestión que no resulta.

¿Y cómo evaluaría la Plataforma de Análisis Criminal de Carabineros (PACIC) que reemplazó al Sistema Táctico de Análisis del Delito (STAD)?

Desgraciadamente, una herramienta que era para usarla entre fiscales, gobierno, alcaldes y policías, se transformó en una herramienta sólo para Carabineros. Entonces, nuevamente, ¿nos evaluamos a nosotros mismos no más como institución? Lógicamente pierde fuerza, independiente que la información es riquísima, valiosa, y con una muy buena base.

Como referentes en combate a la delincuencia, además de Nueva York, ¿qué otras ciudades hay que mirar?

Canadá es un país bueno para mirar. No sólo en la persecución penal, sino también en la prevención del delito. Tuvimos una relación cercana con ellos, vinieron a Chile a ver cómo mejorar el sistema. Toronto es una ciudad que está planificada para que no se cometan delitos, en términos de iluminación, apertura, áreas verdes y hay mucho que aprender en el desarrollo de eso, así como también en el desarrollo de las viviendas sociales. Inglaterra también es un referente, sobre todo en el uso de tecnología, donde cámaras vigilan gran parte de la ciudad. Es fundamental que a falta de policías en cada esquina, se ocupe la tecnología.

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