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Algunas consideraciones tras los resultados PISA 2015

Aproximadamente 540.000 estudiantes de 15 años en 72 países participaron de la prueba PISA 2015, que busca evaluar los sistemas educativos alrededor del mundo a través de la medición de las habilidades que poseen sus respectivos estudiantes.

En esta versión, como lo explica Cristina Tupper, investigadora del Programa Social de LyD, el foco estuvo puesto en las Ciencias, debido a la creciente importancia que tiene el pensamiento científico para enfrentar los desafíos que la vida en sociedad nos presenta. Habilidades como obtener conclusiones a partir de evidencia o diseñar experimentos para probar una tesis, son ejemplos de lo que se buscó medir a través de esta evaluación.

En PISA el éxito en educación se define como una combinación de altos niveles de logro y altos niveles de equidad[i]. Esto se traduce en que, no solo importa el puntaje promedio obtenido por los estudiantes, sino que también es relevante cómo se distribuyen los puntajes entre los alumnos de distintos grupos socioeconómicos.

"Si nos enfocamos en los puntajes promedio, vemos que Chile no solo sigue estando bastante por debajo de la media de los países OCDE en las tres pruebas evaluadas (matemáticas, lectura y ciencias), sino que además no se observan mejoras significativas en ninguna de las áreas", asegura la investigadora.

Si miramos en cambio la forma en que se distribuyen nuestros puntajes según el nivel socioeconómico de los estudiantes, los resultados siguen siendo inferiores al promedio de la OCDE, pero se observan algunas mejoras. A pesar de que el puntaje promedio obtenido en la prueba de ciencias por el grupo de alumnos pertenecientes al 25% de mayores ingresos es 95 puntos mayor al obtenido por el grupo perteneciente al 25% de menores ingresos (el promedio OCDE es de 88 puntos), Chile es uno de los 6 países en que cae la influencia que tiene el nivel socioeconómico de los alumnos en este resultado sin que se vean comprometidos los resultados promedio.

Mientras que en el 2006 un 23,3% de la varianza en los resultados de ciencias era explicada por el nivel socioeconómico de los estudiantes, en el 2015 la cifra se reduce a un 16,9%, lo que nos permite acercarnos bastante a lo observado en promedio en los países OCDE (12,9%) y salir del grupo de países donde esta cifra supera el 20%.

En relación a lo anterior, si en el año 2006 el impacto de subir un nivel socioeconómico era de 39 puntos en la prueba de ciencias, en el 2015 el impacto se redujo a 32 puntos. En conjunto con otros resultados, esto permite a Chile mejorar tanto el índice de inclusión académica como el índice de inclusión social calculados por PISA en un 8% y 15% respectivamente.

Finalmente, si hacemos un análisis a nivel regional, las cifras son bastante más alentadoras. Chile sigue liderando el ranking en las 3 pruebas, seguido por Uruguay que obtiene el segundo lugar también en las 3 áreas. Además destacan los avances de Perú que logra mejorar significativamente sus puntajes promedio en las 3 pruebas e incluso superar a Brasil y Colombia en matemáticas.

[i] PISA 2015 Results, Excellence and Equity in Education, Volum I

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