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Ajuste en la proyección de crecimiento: Nada nuevo bajo el sol

Medios Regionales

La importante rebaja –de un punto porcentual- en la proyección del Gobierno para el crecimiento del PIB en 2016, anunciada por el Ministro de Hacienda, difícilmente podría catalogarse de inesperada o haber tomado a alguien por sorpresa. Lo anterior, considerando que las expectativas privadas, por ejemplo, aquellas recogidas en la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central  o el Latin American Consensus Forecast, vienen ya desde febrero adelantando una expansión del producto significativamente menor al 2%, lejos del 2,75% con el que originalmente se elaboró el presupuesto, recientemente rectificado. Aquí vale la pena recordar que el mismo FMI, que suele ser bastante cuidadoso a la hora de corregir sus pronósticos a la baja, ya en abril adelantaba que la expansión del producto chileno sería de un escaso 1,5%, lo que en su momento genero molestias en el Ejecutivo y alusiones poco amistosas a “fábricas de salchichas”, pero que hoy parece tristemente acertado.

Esta menor expansión del producto, sumada a que se redujo el precio del cobre esperado a 215 centavos de dólar la libra, con un tipo de cambio de $690 en vez de $700, representa una caída del precio en moneda nacional de más de 15% respecto a lo esperado cuando se elaboró el presupuesto. Esto se traduce, de acuerdo a Hacienda, en que los ingresos fiscales terminarán siendo un 0,8% menor a lo que originalmente se pensó, lo que poco ayuda cuando existen costosos proyectos en carpeta, y el déficit efectivo de nuestro Gobierno se proyecta en un 3,2% (la módica suma de US$ 7.780 millones, o un aumento de la deuda del país de $ 300 mil por cada chileno).

Esto explica porque desde el Ejecutivo se propone financiar el déficit que seguro tenderemos el 2017 con recursos del Fondo de Estabilidad Económica Social -ahorros para momentos de crisis del país- los cuales ascienden a US$ 14.600 millones. Si bien hay pros y contras de financiarse con estos recursos -los que de todas maneras se agotarían en dos o tres años- en vez de emitir (más) deuda, no estamos resolviendo el problema de fondo, el cual todo chileno bien conoce a nivel de su hogar: no se puede gastar permanentemente más de lo que se gana. Y mientras el PIB no crezca los ingresos fiscales tampoco lo harán.

Columna de Francisco Klapp, investigador del Programa Económico de LyD, en Medios Regionales.-

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