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Dos encuestas para una realidad: deterioro del mercado laboral

Voces La Tercera

“Es una utilización ineficiente de recursos” fue la frase pronunciada por la directora del INE, Ximena Clark, en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, aludiendo a  la encuesta de desempleo del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, que generó, como hemos visto a través de la prensa, preocupación e incluso rechazo en diversos economistas, ex directivos del organismo y académicos.

Si bien la invitación a la comisión fue para tratar el “aumento del desempleo, la precarización de los puestos de trabajo y la caída del crecimiento económico”, y  fue mayormente en aquello donde la Directora se centró, la desafortunada frase en cuestión  fue lejos lo más reproducido por la prensa, lo que no sorprende considerando las –injustificadas- suspicacias que circularan luego de que a comienzos de este año las cifras del INE y de la U. de Chile mostraran una importante discrepancia, de 9,4% versus 6,9%, además de que el financiamiento por parte del Banco Central para la Encuesta de la U. de Chile –que equivale a tres cuartos del costo- deba ser renovado en 2017.

Respecto a lo primero, la preocupación y rechazo, este es completamente entendible pues la existencia de más de una encuesta es una virtud, y no una redundancia. La tasa de desempleo -como sucede con la mayoría de las variables macro-  no es directamente observable y así se hace necesario realizar encuestas y estimaciones para tratar de acercarnos a lo que realmente  está ocurriendo con el mercado laboral. Como toda estimación, ésta siempre será imperfecta, con un margen de error y discrecional en sus definiciones, por lo que mientras más fuentes de información transparentes existan  mejor (en EE.UU. ADP Research Institute pública un par de días antes de la cifra oficial su propia  estimación “oficial” y eso a nadie disgusta). Más aún, el cambio metodológico de la encuesta del INE en 2009, que la llevo a adecuarse a los estándares internacionales, lamentablemente no fue acompañada de un periodo de traslape, donde la versión antigua y la nueva corrieran  en paralelo para así poder empalmarlas adecuadamente. Lo anterior implica que la única  encuesta de empleo de larga data  con que contamos hoy en Chile sea la de Microdatos, lo que le confiere un carácter de casi bien público, que puede justificar que seamos todos los chilenos a través del Banco Central los que en parte financiemos está encuesta.

En cuanto a lo segundo, la discrepancia de cifras, lo importante es entender las diferencias y limitaciones de cada encuesta  antes de adelantarse a conclusiones,  y en esto –paradójicamente- sí hay que reconocerle a la Directora que ha hecho un gran esfuerzo. Basta ver la presentación que realizó en la mencionada comisión o el material preparado para el Comité Técnico Externo (disponible en la web).  Sin entrar en demasiado detalle, y por nombrar algunas,  hay que tener en cuenta que Microdatos se ocupa exclusivamente  del Gran Santiago, mientras INE publica datos regionales y nacionales; las preguntas y condiciones para que alguien sea considerado ocupado, desocupado o inactivo difieren bastante, y en general es relativamente más difícil ser catalogado como desocupado en el INE;  además hay una diferencia temporal relevante, con INE publicando promedios trimestrales y U. de Chile una semana fija dentro de un mes cada tres meses.

Tomando en cuenta estas y otras diferencias, y más allá de la tasa de desempleo, al prestar atención a otros indicadores publicados por el mismo INE y la U. de Chile, como lo son la cantidad de horas trabajadas, que cae; la composición de los empleos creados, absolutamente cargada al empleo por cuenta propia;  el escaso  crecimiento de remuneraciones de asalariados, que apenas si superan la inflación; la caída real del ingreso de los hogares; o el aumento de los cesantes calificados, etc., el diagnostico es claro y no sorprende: tras 30 meses de escaso crecimiento económico el mercado laboral se ha resentido, y bastante.

Columna de Francisco Klapp, investigador del Programa Económico de Libertad y Desarrollo, en Voces La Tercera.-

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