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Reemplazo justo y necesario

Chile B

La semana pasada, luego de algunas negociaciones improvisadas, los senadores de la Nueva Mayoría acordaron eliminar cualquier posibilidad que el empleador durante la huelga pueda hacer adecuaciones necesarias.

Con el cambio introducido se cercena un derecho principal del empleador consistente en la administración y dirección de la empresa, toda vez que durante un período de huelga efectiva éste sólo podrá hacer someros ajustes en materia de turnos y horario, sin que le sea lícito efectuar cambios en materia de funciones.

Es curioso cómo las ideologías mal llevadas hacen perder la noción de lo que sucede en el mundo real, lo cual queda en evidencia con la insistencia en la proscripción del reemplazo de algunos sectores de izquierda y los hechos ocurridos en los últimos tres meses en el Registro Civil, Banco Estado y la reciente paralización de la DGAC.

Con el caso de la DGAC podemos sacar dos lecciones muy importantes. Por una parte, vemos cómo el reemplazo de trabajadores es una medida de necesaria contingencia frente a paralizaciones cuyo efectos trascienden las cuatro paredes de una empresa afectando al mercado en su totalidad y al resto de la población que nada tiene que ver con el conflicto y, por otro, apreciamos cómo la utilización del reemplazo no afecta en esencia la eficacia de la huelga, pues de todos modos el servicio se vio fuertemente alterado, perjudicando a la institución en una serie de aspectos.

No debemos considerar el reemplazo únicamente como un mecanismo de protección del patrimonio y de la actividad de la empresa. Ante una paralización de servicios como el transporte o un banco, no basta con simples "servicios mínimos", sino que debemos hacernos cargo del daño que sufre la población producto de paralizaciones indefinidas. También, debemos mirarlo desde el punto de vista del resto de los trabajadores que, en su legítimo derecho de trabajo, optaron por no sindicalizarse o su sindicato no está en huelga, pueden ver truncadas sus posibilidades de prestar servicios a cambio de una remuneración.

Considerando la eliminación de una forma de reemplazo interno extremadamente acotado propuesto por el Gobierno, los ojos estarán puestos en la primera semana de enero en lo que ocurra en la sala del Senado donde se espera vuelva a primar el interés superior del país por sobre consideraciones meramente dogmáticas y políticas que en nada contribuyen a generar un respeto integral de los derechos de toda la población.

El reemplazo de trabajadores desde esta mirada es una institución justa y necesaria.

 

Columna de Sergio Morales, abogado del Programa Legislativo de LyD, publicada en Chile B.-

 

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