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Violencia en La Araucanía

Reproducimos esta Carta al Director de El Mercurio.-

Señor Director:

Resultan incomprensibles las declaraciones de La Presidenta de la República y el Intendente de La Araucanía expresadas en este medio, respecto de la situación de violencia que se experimenta día a día en la Novena Región y sus inmediaciones.

El enfoque negacionista respecto de los violencia araucaniasistemáticos episodios de violencia extrema que azotan la zona del conflicto -porque éste existe, de lo contrario no estaríamos hablando de él, ni se documentarían más de 200 actos de violencia hasta septiembre de 2015- son algunas de las señales que, contrario a lo que piensa la autoridad, en nada contribuyen a la generación de condiciones para la coexistencia pacífica entre los diversos actores involucrados en la eufemísticamente denominada "tensión intercultural".

La tesis de los episodios de violencia como expresiones de delincuencia común no se condice con el carácter del fenómeno, en cuanto a forma y fondo. La existencia de organizaciones detrás de actos como la quema y toma de predios, fundos, camiones y el acoso permanente a colonos, son la prueba fidedigna de la existencia de  grupos radicales que no representan a una mayoría silenciosa y pacífica de mapuches, pero que lamentablemente hacen valer una visión reivindicativa radicalizada que de facto permea el metarelato de la causa mapuche. Es cosa de ver los panfletos que acompañan la puesta en escena de los actos de violencia o el carácter de los petitorios de algunas de las comunidades.

Detrás de la delincuencia común no hay causa ni reivindicación alguna, la autoridad lo sabe, y es preciso que lo sincere en su diagnóstico. A menos que se busque naturalizar la dramática situación de La Araucanía.

Jorge Ramírez R. y Yasmín Zaror A.

Programa Sociedad y Política

Libertad y Desarrollo

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