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EL PRIMER SENTIDO DE BACHELET Y LAS RAZONES DE EYZAGUIRRE

El Libero

Columna de Luis Larraín, Director Ejecutivo de LyD, publicada en El Líbero.

Extraña la confesión de la Presidenta de que su primer sentido era que la reforma educacional debía partir por la educación pública y no por el proyecto que pone fin al lucro, la selección y el copago. Parece ser una suerte de mecanismo de defensa que ella usa una y otra vez y cree que le permite evadir su responsabilidad en las tareas de gobierno. Si las cosas salen bien, perfecto porque ella las impulsó. Si salen mal, en cambio, igual zafa, porque su intuición es que había que hacer las cosas de otra manera y alguien en el camino decidió otra cosa.

Una vez pasa, podría ser algo anecdótico. Pero dos veces y en políticas claves de su gobierno ya no es algo que la población se va a tragar tan fácilmente. No corresponde a la actitud de un líder, que asume sus decisiones.

Deja la duda acerca de cuál fue el proceso de toma de decisiones que llevó a que finalmente se optara por iniciar la tramitación legislativa de la reforma educacional de la forma en que se hizo.

En una entrevista a la revista Qué Pasa, que nos habla más del carácter de Nicolás Eyzaguirre que de sus conocimientos acerca de Educación, el ministro nos regala una serie de frases para el bronce tales como: “el baile de los que sobran”; “pasan los estudiantes libres por las anchas alamedas” y “grito libertario por una educación desmercantilizada”. Con ellas, pretende validar su controvertido proyecto que pone patas para arriba la educación particular subvencionada, modalidad a la que asiste la mayoría de los escolares chilenos.

La masiva oposición a la reforma educacional puede resumirse en el testimonio en la prensa de una madre de familia que dijo: “Me hablan de las bondades de la educación pública y me piden que lleve a mi hijo a estudiar a un colegio municipal y no al privado donde lo tengo. Lo único que pido es que me muestren ese colegio público de calidad antes de tomar esa decisión.”

Parecido al primer sentido de la Presidenta.

Pero ya que la Presidenta no nos explica cómo es que finalmente se llegó a la decisión de presentar el proyecto de fin al lucro, veamos qué dice su ministro de Educación. En la entrevista a la que hacíamos alusión, Eyzaguirre da una explicación muy precisa acerca de las razones por las que el Gobierno optó por la secuencia en la que se presentaron finalmente los proyectos:

Pregunta: -Los estudiantes y los profesores se quejan de que se debería haber comenzado por los proyectos de fortalecimiento de la educación pública. ¿Fue un error partir por lucro, copago y selección?

¿Qué hubiera pasado si hubiéramos partido por la educación pública? Nos habrían dicho: “¿Pero cómo es posible?, le están sacando el bulto al tema del lucro”. O sea, palos porque bogas, palos porque no bogas. Discutir todo al mismo tiempo es imposible. Por tanto, dennos el beneficio de la duda, de que estamos planteando primero la desmercantilización, pero luego vamos a hablar de la nueva educación pública y del Plan Nacional Docente. Si tú no desmercantilizas, vas a tener educación de calidad para algunos, no para todos. No para el baile de los que sobran.

He ahí el quid del asunto: le tuvieron temor a la reacción del movimiento estudiantil.

Los ideologizados líderes de ese movimiento realizaron una verdadera captura del Gobierno en el área de Educación. Los militantes de Revolución Democrática (una contradicción en los términos) se transformaron en los principales asesores de Eyzaguirre en esa cartera y de ese modo lograron imponer su agenda en la cual lo más importante era la derrota simbólica del lucro, a como diera lugar. Y así es como Eyzaguirre tuvo que idear ese esperpento de proyecto que transforma al Ministerio de Educación en un agente inmobiliario que compra colegios, gastando la plata de la reforma en ello en lugar de mejorar la calidad de la educación pública.

Eyzaguirre, que tiene sus pretensiones y la entrevista las delata, no fue capaz de resistir el cargo de “estarle sacando el bulto al tema del lucro” y se embarcó de esa manera en su insensata reforma, contradiciendo el primer sentido de la Presidenta, que no es otra cosa que el sentido común.

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