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INDICACIÓN APROBADA EN PRESUPUESTO 2015: NUEVA RESTRICCIÓN PARA LA ENTREGA DE RESULTADOS SIMCE A LAS FAMILIAS

La semana pasada, en la votación de la Ley de Presupuestos 2015 del Ministerio de Educación, se aprobó una indicación para incorporar una nueva glosa que modifica la información que debe publicar la Agencia de Calidad en relación a los resultados de las pruebas SIMCE. Se establece en ella que sólo se podrá informar cifras agregadas a nivel nacional, provincial y comunal para la totalidad de los establecimientos, y a través de informes que se entreguen directamente a estos.

De esta forma, se estaría eliminando la posibilidad de que la Agencia informe a los padres sobre los resultados de su establecimiento educacional y de otros establecimientos de su interés. Frente a las críticas, la Subsecretaria de Educación buscó poner paños fríos, y señaló más tarde que, al entregarse la información a los colegios, estos podrán entonces transmitirla a los padres.

En todo caso, la intención del Senador Carlos Montes (PS), impulsor de esta indicación, es impedir que los resultados del SIMCE se conviertan “en un instrumento publicitario que le permita a los colegios captar más o menos matrícula”, y evitar con ello la estigmatización de aquellos establecimientos que obtienen resultados por debajo de la media.

En nuestra opinión, no debiéramos preocuparnos de que un colegio cuyos alumnos no estén alcanzando los aprendizajes mínimos sea estigmatizado; lo que debiera preocuparnos es que se tomen las medidas oportunas para que esos alumnos no sean estigmatizados en el futuro, cuando se den cuenta de que están en desventaja respecto al resto. De nada sirve negar la realidad y esconder los números. Por el contrario, es necesario un diagnóstico que identifique dónde se deben concentrar los esfuerzos para que ningún alumno se quede atrás.

En ese contexto, los resultados del SIMCE son una contribución para hacer un diagnóstico, y tanto los colegios como los apoderados y alumnos deben conocerlos. No basta con que la Agencia y los establecimientos tengan esa información; se necesita también que los padres cuenten con ella de primera fuente, para que puedan ser activos fiscalizadores de su colegio, que al estar

INSERTo en un contexto específico, debe ser evaluado también comparándolo con otros establecimientos. Mientras más información se entregue a las familias, mejores decisiones podrán tomar éstas en relación a la educación de sus hijos.

Acá no está en discusión si el SIMCE es la única medida de calidad de la educación chilena, tema recurrente en el último tiempo. Seguramente no lo es. Pero sí es un indicador que mide los aprendizajes de los alumnos en un momento del tiempo. Los padres deben decidir qué tanta importancia darles, pero sólo podrán hacerlo en tanto se les entregue –y no se les oculte- toda la información.

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