A CONTINUACIÓN, REPRODUCIMOS LA COLUMNA DE SERGIO MORALES, INVESTIGADOR DEL PROGRAMA LEGISLATIVO DE LYD, PUBLICADA EN CHILE B.
Durante las últimas semanas una enorme cantidad de proyectos de ley sobre temas laborales que están agilizando su tramitación en el Congreso. Algunos fueron presentados, otros aprobados en primer trámite y otros sencillamente ya soy leyes vigentes.
Llama la atención que en este período donde se evidencia claramente una desaceleración, o más bien un frenazo de la economía, tanto el gobierno como los parlamentarios estén remando en la dirección contraria, toda vez que insisten en la aprobación de iniciativas legales que en vez de favorecer la contratación de trabajadores generan nuevas cargas a los empleadores y al mercado en general.
Es así como se aprobó recientemente el proyecto que otorga 5 días de permiso por matrimonio, el proyecto de multirut y la ley corta de puertos. Asimismo, se ha insistido con la tramitación de proyectos que encarecen la contratación de trabajadores para que presten servicios los días domingos y festivos mediante un recargo del 50% por cada hora trabajada, el proyecto que prohíbe la polifuncionalidad laboral y aquel que obliga a los empleadores a suministrar alimentación a todos los trabajadores.
A lo anterior, se suman los anuncios hechos por el Ministerio del Trabajo en orden a presentar dentro de octubre de este año la llamada "agenda laboral", la cual consiste principalmente en modificaciones al Código del Trabajo tendientes a fortalecer la sindicación, la negociación colectiva y la huelga, por medio de la eliminación de los trabajadores en la huelga, la titularidad sindical que implica eliminar los grupos negociadores en la negociación colectiva, la afiliación automática a los sindicatos, los pisos mínimos de negociación, la ampliación de materias de negociación a jornadas, etc.
Conocidas las últimas cifras del INE -donde se observa un aumento del desempleo- y el bajo crecimiento del país, sin que existan señales de una reactivación económica, se vuelve imperioso y razonable reflexionar acerca de qué políticas laborales se debieran implementar y cuáles no, debiendo tener como eje principal incentivar la generación de nuevas plazas de trabajo y el mantenimiento de los puestos ya creados, lo cual en caso alguno podría resultar de prosperar las iniciativas que se han anunciado.
